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Hasta siempre, querida Louise Bourgeois

Puesto el 1 de Junio de 2010 a las 11:27

"Cuenta tu propia historia y serás interesante. No sucumbas a la verde enfermedad de la envidia. No te dejes engañar por el éxito, la fama y el dinero. No permitas que nada se interponga entre tu obra y tú".
Así pensaba Louise Bourgeois, fallecida en Nueva York el día 31 de mayo. "Nació en París el día de Navidad de 1911, la segunda de los tres hijos de Josephine Fauriaux y Louis Bourgeois. Cuando tenía ocho años, sus padres adquirieron una propiedad a orillas del Biévre, río de aguas ricas en taninos, muy apreciadas para teñir telas para tapices. Los primeros en ver florecer su capacidad artística fueron maestros tapiceros. Ellos le encargaron sus primeros dibujos, cuando tenía apenas 12 años de edad. Durante los años escolares mostró una enorme inclinación por el estudio de la geometría, aspecto que dejó huella en su obra. Vivió en Paris hasta 1938, año en que contrajo matrimonio con Robert Goldwater, conocido historiador del arte, y se trasladó a Nueva York con carácter permanente.
Inmediatamente, se integró en los circuitos artísticos de la ciudad, iniciándose en un lentísimo proceso de indagación durante el cual, por fortuna para ella, no la buscaron ni la fama ni el éxito, siendo prácticamente desconocida para el gran público hasta los 70 años, cuando tuvo lugar su primera exposición, en el MoMA. Fue la primera mujer a la que el prestigioso museo dedicó una retrospectiva. Llegó a la escultura tras una intensa inmersión en los principales movimientos pictóricos que habían llegado a Estados Unidos procedentes de todo el mundo. [...].
Lo que hacía era sumergirse en el enigma de la sexualidad, explorando sus símbolos directamente, exponiéndolos y yuxtaponiéndolos, hasta que logró encontrar un lenguaje simbólico muy personal que le ayudó a canalizar sucesos traumáticos de su biografía. Ahí está la clave de su misteriosa capacidad para conectar con el espectador, en su sabiduría a la hora de dar forma artística a traumas como la infidelidad de su padre con su institutriz inglesa, que dio lugar a un odio que le hizo rozar en el plano artístico la fantasía del asesinato.
Fraguaba así sentimientos profundos, conectados con momentos clave, que unían el nacimiento y la muerte a través de la sexualidad, rompiendo la distancia entre el cuerpo masculino y el femenino, buscando en sus representaciones la expresión de genitales dobles y otros símbolos perturbadores difíciles de traducir a un lenguaje cotidiano". (Tomado de El País)

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