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A Conchita Zamacona

Ángeles Vian Herrero 27 de Junio de 2011 a las 09:47 h

           Cinco años de convivencia profesional armónica; muchos más de amistad sincera, de admiración, de respeto. Así podría resumir mi relación contigo, querida Conchita, bibliotecaria ejemplar, gran amiga. Nunca nos separó la diferencia de edad, de experiencia ¡Compartíamos tantas cosas! Amiga de la familia, tus hijas compañeras de clase del colegio Estudio, nuestra admiración por la Institución Libre de Enseñanza... "Yo no fui al Instituto-Escuela, como tu madre, pero tuve la suerte de vivir durante la carrera en la Residencia de Señoritas", me decías.

            Los cinco años de trabajo a tu lado, empeñadas en mejorar nuestra pequeña pero interesante biblioteca -¡apenas 3000 volúmenes, entonces!- me dieron la oportunidad de aprender arte contemporáneo, mucha biblioteconomía práctica -la que no viene en los libros- y, lo más importante, profundizar en nuestra amistad. Tu hija Ana me otorgó el mejor título: "Para mi madre eres la cuarta Gurruchaga".

            Poco a poco, día a día, fui sabiendo muchas cosas de tu vida: tus felices años universitarios como estudiante de Filosofía y Letras ("Yo fui de las pioneras en Letras, tu madre en Químicas"), la difícil etapa del exilio en Londres, acompañando a tu padre ("Allí perfeccioné el inglés") y curiosas anécdotas de tu actividad profesional como relaciones públicas e intérprete en el taller de tu gran amigo Balenciaga ("Sofía Loren tiene los ojos más bonitos que he visto en mi vida"). Sin duda, el trabajo en la casa de este famoso modisto contribuyó a acrecentar tu elegancia y refinamiento innatos, pero no te gustaban los piropos. Tan sencilla, tan discreta, le restabas importancia: "Este vestido tiene más de quince años. Es de los que yo llamo reliquias de Balenciaga". Donaste algunas de tus 'reliquias' al Museo del Traje; quizá ahora se exhiban otras en el recién inaugurado museo de Getaria.

            A partir de tu jubilación como directora de la Biblioteca de la Facultad, en 1984[1], continuó nuestra cariñosa relación, más esporádica pero igual de auténtica. Mis espaciadas visitas a tu casa -luminosa, 'minimal', sobria y exquisitamente amueblada, con estanterías repletas de libros de arte contemporáneo- han sido para mí tardes mágicas.

            "No tengo costumbre de hablar en público", me comentaste, un poco preocupada. Sin embargo, rememorando en el Instituto Internacional de Boston tu estancia en la Residencia de Señoritas, cómo nos cautivó tu discurso, ameno, entrañable, espontáneo. Con razón la ministra Mercedes Cabrera clausuró el acto calificando tu intervención de "broche de oro". Y en la conmemoración del 75 aniversario del establecimiento en la Ciudad Universitaria de la Facultad de Filosofía y Letras fui testigo de la emocionada felicitación de varios jóvenes, a quienes dedicaste el final de tu alocución, con sosegada voz: "Lo que vino unas semanas más tarde [julio 1936], ¿cómo pudo ocurrir? Esto que nos hemos preguntado todos, se lo pregunta Julián Marías [...] Ahora yo me dirijo a los estudiantes de esta renovada Facultad: vosotros sois los que tenéis que impedir que esto vuelva a suceder, que nunca tengáis que llegar a formularos la terrible pregunta: ¿cómo pudo ocurrir?"[2]

           
En nuestra última conversación telefónica -no querías visitas- con clarividente sencillez y tu jovial voz de siempre, me confesaste: "Angelines, he cumplido mi misión en la vida. Esto no tiene sentido..."

            Tu vida, tu ejemplo, sí han tenido sentido, querida Conchita. [3]




[1]
Historia de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid: Editorial Complutense, 2007, pp. 260-262.

[2] La Facultad de Filosofía y Letras de Madrid en la Segunda República: arquitectura y universidad durante los años 30:[exposición]. Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales [etc.], 2008, p.735.

[3] Conchita Zamacona, directora de la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de 1970 a 1984, falleció en Madrid el 22 de junio de 2011

 

 

 

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Comentarios - 7

lola

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lola - 11-05-2015 - 08:47:48h

Que bonito, enhorabuena por la escritura

Juana

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Juana - 11-05-2015 - 08:46:52h

MUy emotivo el post, me ha gustado

Carmen Marco Azcárate

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Carmen Marco Azcárate - 4-07-2011 - 10:35:51h

No he llegado a conocer a Conchita Zamacona, pero sí disfruto trabajando cada día en lo que ella inició con su labor silenciosa e inteligente,y que tantas veces ha resaltado su discípula ,a quién traspasó la antorcha en su momento, Ángelines Vián, hoy Directora de la Biblioteca de Bellas Artes.

 

Cuando hace algunos años aterricé en esta Biblioteca noté una magia poco común: simpatía , afecto, comprensión, ilusión compartida, ganas de escuchar y resolver las dudas de los usuarios siempre con una sonrisa...esto está en el ambiente y por lo que he oido y leido sobre Conchita, fue ella quién puso la semilla; Gracias Conchita, seguiremos cada día tu ejemplo; siempre con una sonrisa...fn
Descanse en paz

 

Carmen Marco

Cristina Gállego Rubio

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Cristina Gállego Rubio - 1-07-2011 - 13:34:13h

Esta es una triste noticia para la Biblioteca Complutense, que se une a la que recientemente tuvimos del fallecimiento de Fernando Huarte (Director de la BUC) y hace unos años, no muchos, a las de las muertes de Margarita Navarro (Vicedirectora de la BUC y Directora de las bibliotecas de Veterinaria y CC. Políticas) y Josefina Cantó (Directora de la biblioteca de Derecho).

 

Todos fueron una parte muy importante de la BUC y es justo que les recordemos, sobre todo, para que los bibliotecarios más jóvenes tengan conocimiento de su existencia y de su contribución a la historia de la Biblioteca.

 

A Conchita Zamacona la conocí personalmente, aunque no en profundidad, como me hubiera gustado hacerlo. El contacto fue por nuestra participación en varias sesiones de la “junta de jefes” en la biblioteca de Derecho. Aunque yo, ya sabía de su buen hacer bibliotecario, sobre todo, porque me había informado acerca de la biblioteca de la facultad de Bellas Artes, ya que como una de tantas compañeras de la Escala de Auxiliares de Archivos, Bibliotecas y Museos del 79, ésta era una plaza que se encontraba entre nuestras preferidas por muchos motivos, como nuestra licenciatura en historia del arte, los fondos de la biblioteca, pero, principalmente, por la jefa que había, CONCHITA ZAMACONA.

 

A raíz de su jubilación dejé de verla aunque tenía alguna que otra noticia de ella por parte de Angelines Vian. Por ello, fue una gran sorpresa y sobre todo una alegría enorme cuando en enero de 2008 con motivo de las Jornadas conmemorativas del 75 aniversario de la inauguración del edificio de la facultad de Filosofía y Letras en la Ciudad Universitaria, la volví a ver y sobre todo la volví a escuchar.

 

En efecto, Conchita formó parte de una mesa redonda de lujo, pues estuvo acompañada de Ángela Barnés, Carmen de Zulueta, Carmen García Morente y Fernando Jiménez de Gregorio. Todos ellos alumnos de Filosofía y Letras hacía más de siete décadas.

 

Todos con una media de edad entre los 93 a 98 años nos dieron unas charlas maravillosas y entrañables, pues con una lucidez prodigiosa nos contaron anécdotas de esos años, de sus profesores, a los que evocaron con mucho cariño y agradecimiento, y de sus compañeros:

 

Soy feliz por haber tenido la suerte de vivir aquella época en la que tanto brilló la universidad, tanto por su profesorado como por su nuevo espacio (Ángela Barnés)

 

De los discursos, el que me emocionó fue el de Conchita Zamacona que como dice Angelines Vian obtuvo el agradecimiento de los jóvenes alumnos que se encontraban en el Paraninfo de la facultad, además de merecidísimos aplausos. Ella se refirió a como todos esos jóvenes de Filosofía y Letras junto a sus profesores estaban llenos de proyectos para el futuro, pero todos quedaron truncados por la Guerra Civil y después ya nada fue lo mismo.

 

Todos debemos aprender de los maestros que nos precedieron pues lo que tenemos en la actualidad, nuestra Biblioteca Complutense, es fruto de su trabajo y dedicación, por ello debemos rendirles homenaje y tenerlos siempre en nuestro recuerdo.

Consuelo de la Cuadra

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Consuelo de la Cuadra - 29-06-2011 - 19:47:09h

Tus hermosas palabras nos avivan su recuerdo y tu formidable labor en la biblioteca representa el mejor homenaje.

Almudena Armenta Deu

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Almudena Armenta Deu - 28-06-2011 - 09:41:26h

Gracias por tus sabias palabras , como discípula privilegiada de Concha que fuiste, creo que entre otras enseñanzas -la de ver cual es tu misión en la vida- fue una de las mas significativas, a mi modo de entender y como modesta testigo que fuí de aquel relevo generacional. Los que estamos en esta Facultad hemos sido los mas beneficiados ¡Gracias a las dos!

PilarMC

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PilarMC - 28-06-2011 - 00:00:37h

Qué palabras tan hermosas dedicadas a una bibliotecaria. Merecidas, sin duda, honran a quien las escribe. Como bibliotecaria jubilada te las agradezco. Un abrazo.


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