Así titula nuestro profesor Manuel Álvarez Junco el comentario a su nueva publicación: Los MUPIS de Junco.

[...] La filosofía que propone el humorista, el alimento teórico que nos ofrece, tiene por tanto mucho que ver con el password que provoca el asalto a las fronteras que nos separan de nuestro oculto pensamiento, que consigue salir bien librado de la vulneración de las concretas normas que nos rigen.
[...] El humor, en fin, consigue que seamos incorrectos y transgresores, accesibles y cómplices con los otros. Incorrectos y transgresores porque con él disfrutamos atacando no solo nuestras formas más impuestas y obligadas sino también las más queridas y aceptadas. Accesibles al conseguir abrir nuestra mente por medio de un mecanismo sorprendente. En cómplices nos convertimos porque nos hace entrar en contacto con lo que consideramos nuestros vecinos y amigos, con los demás de siempre.
El humor, pues, transgresor y cómplice, es nuestro pequeño compañero de submundos, proveedor de trocitos de desahogos y alivios, un planeta absolutamente imprescindible para visitar con asiduidad, qué duda cabe."
(Manuel A. Junco. Los MUPIS de Junco. Leganés (Madrid), 2011, pp. 54-56, 66-68)

"Estamos ante unas reflexiones sobre el lenguaje visual entendido como una herramienta de representación del mundo que, conceptualizadas poéticamente, desvelan algunas convenciones que damos por buenas sin el menor reparo. Aunque, paradójicamente, la crítica a esas convenciones del lenguaje, y aquí está lo más potente de la obra de Junco, pueden convertirse en metáforas visuales que desvelen el mundo. Los procedimientos y la presentación pueden ser humorísticos pero su intencionalidad, su sistema de significación y los resultados acercan su obra mucho más al modo de expresión que en la tradición occidental llamamos arte."
(Jaime Aledo, Unas palabras para acabar con las palabras. En: Los MUPIS de Junco. Leganés (Madrid), 2011, p. 34-36)