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Gracias, Almudena: Ya está susurrando en la Biblioteca tu cuaderno inacabado…

26 de Junio de 2012 a las 09:50 h

Almudena Falagán, alumna de la Facultad de Bellas Artes, creadora de los 197 cuadernos expuestos recientemente en nuestra Sala de Exposiciones, ha donado a la Biblioteca una pequeña joya. He aquí sus reflexiones acerca de tan generoso gesto:


6/6/12

Es una miniatura interrumpida por la exposición 197 cuadernos (¿O no la expuse, porque estaba inacabada?)
Es un impulso, y después lo piensas
Yo estoy ahí, como en mi casa. El tiempo que se hace largo en un lugar, se hace breve en otro
Continuar sin saber muy bien para qué. Un cuaderno de pruebas, de composiciones, de colores, de estados...

Y vive una historia libre de comenzar, de cambiar o de acabar en un lugar tan limitado.


En casa están los cuadernos, cuadros, libros, dibujos. Conviven, contagiándose entre ellos, influidos por la luz, por la orientación
Crean territorio y lo defienden. Cuchichean ya entre ellos, y yo no me entero. Y cuando necesito consultar algo, vuelven a mí, o vuelvo yo a ellos. Todos somos pródigos

Se acerca el momento de explicarse con palabras y no veas qué miedo. El primer impulso, lo relees y no entiendes (qué irracional)
Y después intentas depurar. Pero esta vez no ¿Para hablar de un cuaderno inacabado? No puedo inventarme lo que no sé. Sólo que comenzó ¿Me voy a inventar que se trataba de un ritual para que el cuaderno cobrara vida?

Vas para aquí, vas para allá. Te tumbas. Subes y bajas. Algo que compartes entre gente. Hacer una foto y esperar
Lo que cuentas es menos, porque lo que no puedes evitar es dibujar

Proceso mental, proceso corporal. Lo físico está presente. Vas y vienes, subes y bajas. Otros y tú
Cuaderno es necesidad más allá de exhibición. En el cuaderno está el gesto. Es lo que somos, lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Está el resultado, la demostración de que hay un pensamiento. A valorarlo, arrepentirse o corregirse no ha dado todo el tiempo.

Tu casa es el lugar donde las cosas hacen territorio. Son cosas necesarias, no son motivo de exhibición. Y de ahí a la facultad, donde se engalanan en vitrinas y muestran la percepción de un proceso, que puede ser tanto como nada. Buscar un lugar adecuado para las cosas. Hasta encontrarlo lo vas moviendo, modificándolo. Eso lo he hecho siempre. ¡Venga pruebas!

Cuadernos, mientras los haces, nerviosas las páginas que en cualquier momento pueden cambiar. Silencio mortal o queja, o llanto, o griterío. Pero una vez acabados, en la estantería, susurran. Parecen domesticarse
¡Dóname! ¡No me dones, que no estoy acabado! Y una vez donado comienza a susurrar
Te mando esto. Es un exceso, ya. Para mí la tortura comienza aquí, cuando tengo que depurar las palabras brutas


7/6/12

Después de las alteraciones, un vacío, que sólo controlas cuando, en un impulso, entre meditado y no, decides donarlo
¿Algo está acabado por estar lleno? No ¿Porque pasa del grito al susurro? No ¿Porque se congela de pronto? ¿Por pasar de la alteración al reposo? El cuaderno construido es ya una cosa con personalidad. -¿Qué pasa conmigo?- Te dice


8/6/12

Simplifico
Presentación
Este cuaderno* Después de las alteraciones, un vacío *1, cuando en un impulso, entre meditado y no, dudoso e inseguro, como todo lo que crees incompleto, decides donarlo*2
*Descripción: miniatura
*1 Tiempo largo, tiempo breve. Lugar en que las cosas que se contagian crean territorio y lo defienden. Cuando encuentran su sitio ya no están alterados, susurran. Todos esperan un prodigio que nunca llega
*2 Buscar un lugar adecuado para las cosas, hasta encontrarlo haces modificaciones y pruebas

Esto es una miniatura. Lugar en que las cosas que se contagian crean territorio y lo defienden. Si encuentran el lugar, pasan de la alteración al susurro, esperando un prodigio que nunca llega. Cuando en un impulso meditado pero inseguro, como todo lo que crees incompleto, decides donarlo


9/6/12

Donación
Descripción: Cuaderno pequeño, del tamaño de la palma de mi mano, con tapas de color malva.
No participa en la exposición "197 cuadernos".
De comienzo muy clamoroso, después se amansa y después susurra.
Estamos como a la espera de un prodigio que no llega.
Al recoger la muestra, lo llevo en la mano, y en un impulso, decidido aunque inseguro, como todo lo que parece incompleto, lo dono.


En agradecimiento
Gracias a Ángeles, Luis y Amelia los cuadernos pasan de las estanterías de la habitación a las nobles vitrinas de la biblioteca.
En las estanterías, como esperando a que los abramos. En las vitrinas, unas páginas se dan la vuelta
Cosas que ves. Sensaciones que te miran. Y hasta ahí lo que ocurre en el pequeño cuaderno malva
El cuaderno, del tamaño de la palma de mi mano, no participa en la exposición "197 cuadernos".
De comienzo muy clamoroso, después se amansa y después susurra.
Estamos como a la espera de un prodigio que no llega.
Al recoger la muestra, lo llevo en la mano, y en un impulso, decidido aunque inseguro, como todo lo que parece incompleto, lo dono.

Almudena Falagán

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