¡Ya tienes en la Biblioteca el catálogo de la exposición!
"María desde que despierta a la lucidez y se da cuenta del contraste entre su vida y la vida, se propone un ideal de perfección en ese espejo indirecto que es el lienzo y en cuyo alinde se da el milagro de que pueda reflejarse el contrahecho en imágenes de lograda belleza.
Pinta con ese afán superador y un día es un descubrimiento para nosotros, siguiéndola desde ese punto y hora a través de toda su vida con arrebatada curiosidad.
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Así llegamos a la primera guerra europea, cuando todo lo genial y raro sale de sus casillas y se dispone a tomar parte en la lucha del porvenir, más audaces que nunca los seres singulares que han sido empujados al mundo en estado de asalto.
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Tenía que haber pintado como Solana, con amargura de barrio, confundiéndose con el proletariado y la burocracia de suburbio, empolvada en polvo de albañilería, con ese algo de máscara de un carnaval de destrozones y destrozonas que debe soportar el artista español en espera, en larga espera. [...]
Yo he dicho una vez que María Blanchard consiguió una obra en duro aluminio, pero sin que me arrepienta de aquella sintética clasificación podría dejar más en vago el nombre de la aleación conseguida por ella, materia nueva celulósica y galvanoplástica con que acababa sus muñecoides admirables que sólo serán suyos en el museo del mañana representando un momento de su época. Gran inventora de betunes claros y oscuros, de nuevos materiales plásticos que se concretaban en perfectos y originales productos standardizados [...]."

(Gómez de la Serna, Ramón. María Gutiérrez Blanchard (Retratos completos). En: María Blanchard [catálogo de la exposición en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía]. Madrid, 2012, pp.257-258).