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"Color en Bal Mandir", octava edición ¡Enhorabuena!

José Luis Gutiérrez Muñoz 30 de Septiembre de 2013 a las 12:35 h

El próximo martes 1 de octubre, partiremos desde Madrid hacia Katmandú para llevar a cabo la octava edición de nuestro proyecto "Color en Bal Mandir". Nos acompañará Kalpana, una joven ex Bal Mandir que ha pasado los últimos cuatro meses entre Londres y España.

Desde hace varios años Kalpana trabaja en el mismo hospicio en el que se crió, tratando de atender, estimular y educar a cinco niñas que tienen parálisis cerebral y algunas otras con diferentes discapacidades severas. Comparada con las de ellas, la minusvalía de Kalpana aunque no es una nimiedad parece un problema menor, pese a lo cual ha sido determinante en su vida porque provocó su abandono y su posterior ingreso en Bal Mandir. Kalpana tiene un brazo atrofiado por un accidente que sufrió cuando era muy pequeña, tanto que ella no recuerda nada de aquel episodio, y sabe únicamente lo que mucho más tarde le han contado.

Cuando conocimos a Kalpana, hace ahora siete años, había cumplido ya los dieciséis y le quedaban pocos meses de permanencia en ese depauperado hospicio, pues con esa edad las chicas eran trasladadas a una institución que durante tres años preparaba su transición a la vida adulta. No hace mucho que Kalpana ha finalizado sus estudios de Trabajo Social, pero antes de concluirlos empezó a trabajar en Bal Mandir a media jornada atendiendo a esas desdichadas. La asociación española denominadaDididai, creada por un experto en educación especial que trabajó con nosotros en Bal Mandir en 2009, no dudó en contratarla y, en cuanto ha finalizado sus estudios, ha ampliado su dedicación a tiempo completo.

 

A principios de año propusimos a quienes actualmente financian nuestro proyecto, que patrocinaran un viaje de Kalpana a Londres con el objetivo de mejorar su formación trabajando como voluntaria en la prestigiosa escuela de educación especial en la que ejerce como profesor el fundador de Dididai. Aceptaron, e inmediatamente empezamos a preparar todos los documentos necesarios para conseguir el visado de entrada en Reino Unido, y también en España, puesto que deseábamos aprovechar el periodo vacacional veraniego de algo más de un mes de esa escuela londinense, para que Kalpana pasara unos días con nosotros en nuestro país.

De los cerca de tres meses de trabajo en ese centro educativo ha sacado en claro muchas cosas, la primera y más importante: que los niños londinenses con parálisis cerebral o con cualquier otra discapacidad severa, dentro de su desgracia pueden sentirse afortunados por pertenecer a una sociedad que pone todos los medios a su alcance y los mejores profesionales para favorecer su educación, algo que dignifica y honra a esa sociedad. Desgraciadamente ese es un derecho elemental que en Bal Mandir ni siquiera era contemplado para esas desafortunadas criaturas antes de la llegada de Dididai. Son muchas las ideas que Kalpana ha anotado con el convencimiento de que podrán servir para mejorar su trabajo en Bal Mandir a pesar de la escasez de medios. Los frutos de esta experiencia tienen que apreciarse los próximos meses, cuando Kalpana se centre nuevamente en su tarea cotidiana en Bal Mandir y empiece a aplicar allí todo lo que ha aprendido.

En España algunos amigos le han mostrado ciudades como Bilbao, Sevilla o Barcelona, y con nosotros ha visitado Santander, numerosos pueblos de Cantabria, la segoviana Villa de Ayllón, adonde acudimos invitados a la boda de una amiga que la conocía bien por haber participado en dos ediciones de nuestro proyecto en Bal Mandir, y ahora Madrid. Su estancia en casa ha sido muy grata para nosotros. Kalpana es una chica encantadora, alegre, cariñosa, vitalista, divertida y siempre dispuesta a colaborar. Para ella creo que también ha sido importante este periodo de convivencia familiar. Desde que empezamos a trabajar en Bal Mandir y conocimos a Kalpana, a mi mujer y a mí nos llama mamá y papá, al igual que otros chicos y chicas de ese orfanato, algo que nosotros no hemos promovido, pero aceptamos con agrado. Durante estos días Kalpana ha podido sentirse querida e integrada en nuestra familia. En una de nuestras conversaciones Kalpana me ha confesado que si pudiera elegir su próxima reencarnación, le gustaría nacer hija de Aurora (mi mujer), ante lo cual me he sentido conmovido. Los que desde el inicio de nuestra existencia hemos tenido madre, a menudo olvidamos la importancia que tiene la protección, el apoyo y el amor incondicional de esa figura, por eso mismo no podemos comprender el verdadero significado de la palabra huérfano.

José Luis Gutiérrez Muñoz

Madrid, a 26 de septiembre de 2013

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