Los Campos Elíseos de París se rindieron ante el nuevo emperador del Tour de Francia, quien se abrazó a sus hijos nada más llegar a meta. Un corredor forjado en la escuela de ciclismo de su padre, su escultor deportivo y principal responsable de que el Tour haya incluido en su libros de historia a un español por tercer año consecutivo y con nombre diferente, algo que no ocurría en la 'grande boucle' desde los años cincuenta, con los franceses Louison Bobet, Roger Walkowiak y Jacques Anquetil.
El resultado tenía que llegar después de 10 años de profesional, con un comportamiento intachable y oscuro, al servicio de líderes como Hamilton o Ivan Basso. En su primera oportunidad como jefe de filas, Sastre hizo pleno. Respondió a la confianza del director del CSC, hasta el punto de que puso en el casillero español el triunfo numero 11.
Sastre, aclamado también por su mujer, Piedad, y sus dos hijos, se subió a la línea sucesoria de los campeones españoles que empezó Federico Martín Bahamontes en 1959 y que siguieron Luis Ocaña (1973), Pedro Delgado (1988), Miguel Indurain (1991-1995), Oscar Pereiro (2006) y Alberto Contador (2007). "Una victoria que hace justicia con Carlos, que ha sufrido toda la vida para conseguir este sueño", según su progenitor, el hombre que sigue fomentando la cultura y la actividad física desde su fundación de El Barraco.