Un estudio de más de 100 proyecciones de 16 películas en una sala de cine en Mainz (Alemania) mostró que las emisiones humanas de compuestos volátiles orgánicos, a través de la respiración y la piel, varían perceptiblemente durante la película. Los químicos identificaron escenas específicas a través de las cantidades de estos compuestos existentes.

Durante el estudio 9.500 cinéfilos, ajenos a la investigación, se sentaron a ver películas tales como “Los juegos del hambre 2”, “Caminando con dinosaurios” y “El pequeño fantasma”. Se midió la composición del aire en el interior del cine cada 30 segundos usando un espectrómetro de masas reacción de transferencia de protones (PTR-MS) enganchado a las salidas de aire. Cada vez se identificaron más de 100 especies químicas.

“Se podría esperar una mezcla vagamente cambiante, pero para muchos compuestos químicos se alcanzó una buena consistencia y correlación reproducible con los acontecimientos en la película”,  explicó Jonathan Williams del Max Planck Institute for Chemistry.  Por ejemplo, hubo picos discernibles de isopreno dos veces durante la emisión de “Los juegos del hambre 2” – cuando se incendia el vestido de la protagonista y en la batalla final -. También se observaron grandes picos cuando la gente salía o entraba de la sala, por lo que el incremento se podría explicar por los espasmos musculares inconscientes cuando la audiencia empatizaba con la heroína”, sugiere Williams.

Los cambios más fuertes correspondieron con los momentos de suspense de las películas. Las sustancias químicas vinculadas a escenas de lesiones fueron el metanol, el acetaldehído y el butadieno. Según Williams este tipo de análisis podría ofrecer una vía para evaluar objetivamente el material audiovisual entre grupos de personas, por ejemplo, en publicidad o diseño de videojuegos.

“Este enfoque fascinante tiene una promesa real para el análisis de moléculas que la gente desprende”, añade George Preti del Monell Chemical Senses Centre (Universidad de Pensilvania, EE. UU.). Sin embargo, señala que se trata de una configuración sofisticada y con instrumentación cara. “No va a estar disponible para muchos de los laboratorios y no estoy seguro de que una audiencia sea un grupo adecuadamente controlado.”

El equipo habitual del Max Planck trabaja en la medición de volátiles atmosféricos en bosques y otros ecosistemas, pero aprovecharon la disponibilidad del equipo en unas vacaciones de Navidad para realizar las mediciones. Después de este estudio se realizaron medidas del aire ambiental durante la emisión de “Star wars VII. La fuerza despierta”, buscando variaciones en función de la asistencia de adultos y niños.

Referencia bibliográfica: J Williams et al, Sci. Rep., 2016, DOI: 10.1038/srep25464

Fuente: Chemistryworld