Los videojuegos forman parte de la cultura moderna, pero y si trasladáramos el atractivo de un videojuego a la biotecnología?. Esto es exactamente lo que han hecho Ingmar Riedel-Kruse y un grupo de la Universidad de Stanford.
Este grupo de investigación ha creado lo que ellos llaman "juego biótico" - biotic games - aplicado a versiones de juegos clásicos como el ping-pong, el comecocos, Breakout y el fútbol. El protagonista elegido ha sido un organismo unicelular conocido como paramecio, un protozoo ciliado con forma de suela de zapatilla que se suelen encontrar en aguas estancadas con abundante materia orgánica. Este organismo es controlado al manipular un campo eléctrico. También es necesario un joystick. Los protozoos nadan hacia el cátodo, y al ir modificando el campo eléctrico en diferentes direcciones, se mueven hacia arriba, hacia abajo, a la derecha y la izquierda "dando patadas" a un balón virtual, o "masticando" células de levadura virtual, evitando así la muerte de peces. En el juego de ping-pong se usan sustancias químicas emitidas por una microaguja, de esta forma se consigue que los paramecios se dirijan al campo del contrincante.
Otros juegos desarrollados por este equipo son: apuestas de carreras de caballos basado en la cadena de reacción de la polimerasa empleada para la replicación del ADN; y, un versión del juego de cooperación "El dilema del prisionero" donde los jugadores pueden decidir si cooperan o no con su oponente.
El grupo de investigación ha realizado tres vídeos en los que podéis ver cómo se desarrollan los distintos juegos. El primero de ellos es el que os mostramos, al resto podéis acceder a través de los enlaces Biotic games 2, Biotic games 3 .
Fuente: Chemistry World blog
Referencia: Ingmar H. Riedel-Kruse et al., Lab Chip, 2011, Advance Article, DOI: 10.1039/C0LC00399A