Inicio Biblioteca Complutense Catálogo Cisne Colección Digital Complutense

La Química hoy

16 de Marzo de 2011 a las 13:35 h

La Química hoy discurso del Profesor Miguel Ángel Alario

El post de hoy ya fue difundido en mayo de 2007 a través de madri+d. Lo hemos rescatado porque su contenido sigue teniendo vigencia y más en este Año Internacional de la Química. Se trata de un extracto del Discurso pronunciado por el Profesor Miguel Ángel Alario Franco en contestación al pronunciado por el Profesor Ernesto Carmona Guzmán en el acto de su recepción como académico de número en la Real Academia de Ciencias, Exactas, Físicas y Naturales en Madrid, 25 de abril de 2007 (1).

La Química hoy

Estamos en un momento interesante para la Química. Un momento en el que se palpa en el ambiente académico y científico un cierto cuestionamiento de la propia ciencia de Lavoisier.

Como ejemplo, la propia American Chemical Society, la sociedad química más importante del mundo, ha estado cuestionando no su propia existencia, que está asegurada con sus 80.000 socios, sino su propio nombre. Cambiar de nombre es poco común para un individuo, excepto en los casos de países donde la mujer pierde el suyo para tomar el del marido o el de los que quieren ocultarse por algún motivo peligroso o inconfesable. Cambiar el nombre es, sin embargo relativamente común para una sociedad, especialmente las sociedades mercantiles, como los bancos, que por absorción con OPA, hostil o amistosa o, en otras ocasiones, por convergencia nos tienen acostumbrados a ello. Estas convergencias no son comunes en ciencia, aunque algún ejemplo se conoce como la absorción de la Faraday Society y la antigua Society for the Chemical Industry, por la Chemical Society del Reino Unido, que tuvo lugar en los años ochenta. Pero en gran medida, esa absorción también tenía algo de mercantil. Y tanto la Sociedad Faraday como la Sociedad de la Industria Química fueron prácticamente engullidas por la Real Sociedad Británica de Química.

En el caso de la American Chemical Society, sin embargo, se trataba de la supervivencia no de la sociedad, sino de la ciencia que la soporta. ¿Cómo iba a cuestionarse la existencia de una sociedad científica, pero también industrial, rica y poderosa que publica algunas de las revistas de Química de mayor prestigio e incluso de gran índice de impacto, lo que como saben Vds. no es necesariamente lo mismo?

Lo que se preguntaban hace apenas dos años nuestros colegas americanos, en un editorial de la revista C & E N, ¡qué cosas hay que oír!, si la Química, como tal, tenía sentido al iniciarse el siglo XXI. De hecho, ya tenían preparado, algunos, hasta un nuevo nombre: «Society for Molecular Science and Engineering» ¡nada menos! O, más bien, nada más, pues así, por encima, se dejaban fuera toda, la química, y no, es poca, de las especies no moleculares, desde los silicatos hasta los compuestos III-V, como el esperanzador arseniuro de galio y multitud de otras especies químicas entre ellos y fuera de ellos.

El problema que algunos de los químicos americanos señalaban era, es, en realidad un problema doble:

De una parte, la relativamente mala imagen mediática de la Química a la que se atribuyen toda suerte de males de nuestra civilización como la contaminación, el agujero de ozono, la lluvia ácida y el efecto invernadero, por no citar sino los más notables. Es evidente, sin embargo, que la culpa no es de la Química sino, en todo caso, del mal -¡o buen!- uso que se haga de ella. De hecho, uno puede ver las cosas al revés: la Química es capaz de remediar los problemas que su mal uso genera. Y, más aun, no para la Química de suministrar nuevos productos químicos para todas y cada unas de las ramas de la industria: el componente aplicado de nuestra disciplina es realmente asombroso...

Por otro lado, como recordaba recientemente la revista Nature (2) puede argumentarse que la Química es víctima de su propio éxito. Desde su posición de «Ciencia Central» interacciona con las otras ciencias en un amplio espectro de relaciones. Bioquímica y Biología Molecular tienen a la Química como sustrato, y se ha llegado a afirmar que «la naturaleza de la célula es enteramente un problema molecular. No tiene nada que ver con la biología». Aunque esta descripción de Whitesides puede parecer exagerada, no hay que olvidar que, en el fondo, al final, siempre hay una reacción química. Pero, siguiendo ese razonamiento, cabe recordar que al final de ésta, siempre está la Mecánica Cuántica...

Se ha estimado que el número de compuestos moleculares posibles con los átomos conocidos, es del orden de 10 y, de acuerdo con Ron Breslow, antiguo presidente de la ACS, «entre la especies químicas que hay en la naturaleza y las muchísimas más que la Química ha ido preparando lo largo de su tiempo de existencia, no estamos aún ni en el 1 % de esas posibilidades».

Y también tiene un basamento químico la Ciencia de Materiales y desde luego su reciente vástago la Nanociencia y su camarada la Nanotecnología. Por no citar in extenso, añadiremos sólo que también está la Química en los cimientos de la Geoquímica y de la Astroquímica y en sus interesantísimos descubrimientos de especies químicas moleculares o radicales que, no existiendo en las condiciones termodinámicas habituales de nuestro planeta, lo hacen en los espacios interestelar e intergaláctico. Parte de las Ciencias de la Naturaleza, por cierto, la relativamente incipiente Astroquímica estudia, obviamente, un aspecto del mundo sensiblemente diferente de la clásica y bien establecida Astrofísica: más de cien especies químicas diferentes se han descubierto solo en esas regiones del Universo en los últimos años. Y por decenas de millones se cuentan los productos químicos que no existían en la Tierra cuando en ella aparece el hombre y que la Química ha puesto a su disposición. Además de estudiar la Naturaleza, la Química crea, pues, su objeto: tiene carácter sintético. Por ello es tan importante la creatividad en la Química. Lo que pasa es que casi nunca se le atribuye el crédito que merece.

Contrariamente a la aserción de que «la Química es una ciencia acabada, del siglo XIX, la Física lo fue del XX y la Biología -molecular-lo es del XXI», se está produciendo un renacimiento -o como ahora dicen los cursis un revival- muy importante de nuestra Ciencia que, lejos de periclitar, está experimentando avances continuos tanto en su propio seno, como en las ciencias anexas que antes citábamos.

Dice la revista Nature, sin embargo, que la Química no va a mejorar su imagen simplemente lanzando al viento los aires de sus gloriosas trompetas, pero no es malo, creemos nosotros, que se aireen suficientemente sus éxitos. Nature preconiza que los departamentos o facultades de Química hagan una especie de autoanálisis, lo que, dicho con cierta ironía, no debe ser difícil dado el componente analítico que la Química tiene, de su estructura interna. En este sentido, indica esta revista, las denominaciones clásicas orgánica, inorgánica, analítica, física, son en gran medida irrelevantes, argumento que suscribimos en su integridad y que venimos preconizando desde hace bastante tiempo.

Referencias bibliográficas:

(1) ERNESTO CARMONA GUZMÁN, Los metalocenos, arquetipo de familia química.
Contestación de MIGUEL ÁNGEL ALARIO Y FRANCO. (2007)

(2) What is in a name? Nature 442, 486-486 (2 August 2006) doi:10.1038/442486b Editorial

Fuente: madri+d

Bookmark and Share

Comentarios - 2

Feliz Año Nuevo 2016

2
Feliz Año Nuevo 2016 - 28-12-2015 - 14:09:50h

Thanks a million and please carry on the nice and informative work.

Frohe Neujahr 2016

1
Frohe Neujahr 2016 - 28-12-2015 - 14:04:45h

Nice post.


Universidad Complutense de Madrid - Ciudad Universitaria - 28040 Madrid - Tel. +34 914520400
[Información - Sugerencias]