Desde 1960 los científicos saben que la transferrina puede unirse al plutonio, pero no pensaban que este elemento pudiera acumularse en el cuerpo, del mismo modo que lo hace el hierro, porque el receptor de transferrina,  que está  en la superficie de la célula, no  reconocería a la proteína cargada de plutonio. Ahora, un artículo publicado en la revista Nature chemical biology, explica por primera vez, cómo se produce la asimilación del plutonio.

Como el plutonio y el hierro tienen características químicas parecidas, en principio, los investigadores pensaban que los dos elementos se asimilaban de la misma forma.  Pero parece que hay una diferencia.  

La transferrina tiene dos lóbulos por los que se produce la unión, uno llamado N y otro C. El plutonio se une al lóbulo C de la proteína mientras que el hierro se une por el lóbulo C. Ahora bien, si los metales se intercambian o los dos lóbulos contienen plutonio, el lóbulo N no se cierra correctamente y el receptor no reconoce la proteína. Según Mark Jensen, Argonne National Laboratory,  la proteína debe pensar "Un momento, tú no eres hierro. Aunque estés unido de la misma manera. No puedo responderte de la misma forma que al hierro". Es precisamente la ayuda del hierro lo que ha sorprendido a los investigadores.  

Chuan He, químico que estudia el reconocimiento de metales por las proteínas  explica que "sería interesante explorar el mecanismo subyacente e investigar las funciones potencialmente biológicas de este comportamiento. Este trabajo presenta una nueva estrategia para futuras terapias contra el envenenamiento por plutonio."

Referencia bibliográfica:

Mark P. Jensen, et al. "An iron-dependent and transferrin-mediated cellular uptake pathway for plutonium". Nature Chemical Biology, 26 de junio de 2011. DOI: 10.1038/nchembio.594.

Fuente: SINC, C&EN