Tras las conversaciones que tuvieron lugar durante la conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas en 2009, Stephen Montzka, Dlugokencky Ed y James Butler (NOAA) se animaron a revisar las fuentes de gases de efecto invernadero distintos al dióxido de carbono e investigar los beneficios potenciales de disminuir sus emisiones.
Según Montzka"el cambio climático reciente ha sido producido principalmente por el dióxido de carbono emitido durante la combustión de combustibles fósiles, problema que va a estar con nosotros mucho tiempo, porque el dióxido de carbono es muy persistente en la atmósfera; sin embargo, la reducción de emisiones de otros gases de efecto invernadero podría mejorar la situación".
Los resultados de este estudio, publicados en Nature, señalan que los gases de efecto invernadero distintos del CO2 (metano, óxido nitroso, productos químicos regulados por tratados internacionales y otros gases presentes en bajas proporciones) tienen una vida útil mucho más corta que éste, reduciendo así sus emisiones, se tiene una oportunidad adicional para disminuir el cambio climático en el futuro.
Aunque está claro que reducir de manera sostenible la influencia del calentamiento de estos gases sólo será posible con recortes en las emisiones de CO2 (aprox. 80%), aunque este gas permanecería en la atmósfera durante miles de años; en cambio con la misma reducción, el efecto del resto de los gases emitidos disminuiría en un par de décadas.
Asimismo, los investigadores han descrito la relación entre el clima y estos gases de efecto invernadero. El cambio climático podría aumentar o disminuir algunos de los procesos naturales de estos gases. Un ejemplo, las condiciones más cálidas y secas que está sufriendo el Ártico podrían derretir el permafrost - capa de hielo permanentemente congelado en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías - y aumentar la frecuencia de incendios forestales, enviando más metano y dióxido de carbono a la atmósfera.
"La necesidad a largo plazo de reducir las emisiones de CO2 no debería obviar la efectividad de la acción a corto plazo. Este estudio muestra que existen otras maneras de influir en la trayectoria del cambio climático", afirma Bulter.
Referencia bibliográfica:
S. A. Montzka, E. J. Dlugokencky y J. H. Butler, Non-CO2 greenhouse gases and climate change, Nature, vol. 476, 43-50, doi:10.1038/nature10322
Fuente: europapress.es