A nivel mundial se generan unos cinco millones de toneladas de plumas de pollo procedentes de la industria avícola. Un estudiante de la Universidad Politécnica de Cataluña, Jordi Aymerich, ha creado un nuevo biomaterial compuesto por estas plumas y ácido poliláctico (PLA) - un plástico biodegradable-, con unas características adecuadas para su utilización en la industria de la automoción, la construcción y el empaquetado; y que podría suponer una alternativa interesante para el reciclado de este residuo de difícil gestión.
Este proyecto fue el ganador del premio Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona al mejor trabajo final de carrera 2010-2011 de Catalunya y forma parte del grupo de investigación de la UPC de Terrassa Complumas, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Las plumas están compuestas de queratina e impurezas. Aymerich ha aprovechado las características de la queratina, como su baja densidad y buenas propiedades de aislamiento térmico y acústico, ventajosas para el desarrollo de materiales industriales. Pero para conseguir las estabilización de las plumas, se requiere eliminar las impurezas, Aymerich realizó un pretratamiento a base de vapor de agua, trituración de las plumas y, finalmente, la mezcla del producto resultante con el PLA. La conclusión ha sido que en las condiciones de fabricación optimizadas es posible obtener materiales compuestos con un 25% de plumas y un 75% de PLA.
El equipo de investigación está evaluando el impacto ambiental que genera el nuevo material desde el proceso de generación de la materia prima, pasando por el proceso de fabricación, el uso y la disposición del producto final. Este análisis permitirá conocer de manera objetiva si es aconsejable, factible y sostenible fabricar el composite de PLA y plumas de pollo. Es decir, aparte de los criterios técnicos y de utilidad del nuevo material, se incluirán criterios ambientales, sociales y económicos en su diseño y concepción.
Fuentes: interempresas.net, europapress.es