Las algas están presentes en la comida oriental, en la cosmética y en la industria farmacéutica, en la agroquímica y en la alimentación de animales, especialmente para los peces. También pueden ser empleadas como sumideros de CO2 ya que lo necesitan para su desarrollo, una característica muy útil dado el efecto de esta sustancia química sobre nuestro planeta.  

En unas Jornadas sobre algas organizadas por la Fundación Observatorio Español de Acuicultura (Fundación OESA) y la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) se manifestaron los beneficios de las algas como fuente energética no contaminante e inagotable.  En comparación con otras materias primas tienen un enorme potencial como fuente de alto rendimiento de biodiesel, etanol y combustible para aviación, y con la ventaja de no tener que competir con cultivos destinados a la alimentación. De todas las algas, parece que las más apropiadas para la producción de biodiesel son las verdes unicelulares.

La NASA también está interesada en las algas porque producen oxígeno al realizar la fotosíntesis y están investigando para su posible aplicación en las naves espaciales.

Se cultivan de forma sencilla en granjas de acuicultura con la luz solar, mucho C02 y algunos oligoelementos.

El principal inconveniente es que tardarán entre 10 y 15 años que ser rentables como productoras de biocombustible. Actualmente, se cultivan a escala industrial y España es uno de los países interesados en este tipo de cultivo y producción.

Fuente: Diario de Pontevedra