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En busca de la piedra filosofal

7 de Febrero de 2014 a las 17:23 h

En busca de la piedra filosofal

El sueño perseguido por los alquimistas fue producir la mítica piedra filosofal. Suponían que el material necesario -ceroso, denso y de color rojo-sería capaz de convertirse en sinónimo del término alquimista "Crisopeya"  - del griego "khrusôn", oro, and "poiçin", hacer", es decir, el arte de la transmutación de los metales básicos como el plomo, en oro.   

Si los alquimistas pudieran ver como, en la actualidad,  unos elementos se transforman en otros - por ejemplo, en los reactores nucleares los átomos de uranio se dividen en elementos como el xenón y el estroncio - seguro que serían felices pero ¿se podría realizar este sueño?

En 1981 un grupo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence de Berkeley (LBNL), entre los que se encontraba G.J. Seaborg (Premio Nobel de Química, 1951), publicaron en Physical review. C los resultados de una investigación sobre el  bismuto y el plomo y su transformación en oro.  

Contaron con el acelerador de partículas del LBNL, Bevalac, para impulsar haces de carbono y neón a velocidades cercanas a la de luz para que estallaran sobre láminas de bismuto y, más tarde en láminas de plomo. ¿Qué ocurrió?  Que ambos elementos produjeron oro, siendo más sencillo en el caso del bismuto, debido a la homogeneidad de este elemento (un solo isótopo) frente al plomo (4). Sin embargo, la cantidad de oro obtenida fue tan escasa que se tuvieron que identificarlo midiendo la radiación emitida por los núcleos inestables del oro, pero no se pudieron probrar su existencia porque se produjo una cierta cantidad de oro 197 - isótopo estable que se emplea en las alianzas- que no se descomponía. Tampoco pudieron observar este isótopo por espectrometría de masas porque la cantidad disponible estaba por debajo del nivel necesario para realizar la prueba, según explicó Morrisey, otro de los investigadores.

Al final, el sueño tan largamente perseguido por los alquimistas se hizo realidad pero a tan alto precio que es inviable, como declaró  Seaborg  "obtener una onza de oro (28,3 gr.) costaría más de un cuatrimillón de dólares".  

Referencia: Physical Review C. Nuclear Physics, Volume23, Issue3, Pages1044-6, 1981, ISSN: 0556-2813, DOI:10.1103/PhysRevC.23.1044, Energy dependence of Bi209 fragmentation in relativistic nuclear collisions, K. Aleklett, D. J. Morrissey, W. Loveland , P. L. McGaughey, and G. T. Seaborg

Fuente: Scientific American

Imagen tomada de la portada del libro: Alchemy:  the secret art / Stanislas Klossowski de Rola

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