Una preocupación medioambiental es qué hacer con todo el plástico que generamos. En 2010, unos estudiantes de la Universidad de Yale dieron con una solución que, sin ser una panacea, sí que puede ser otra vía para investigar la eliminación del plástico mediante la biorremediación o la reducción de residuos basada en procesos biológicos para descomponer contaminantes.  

El profesor Scott Strobell, del departamento de Bioquímica de la citada universidad, junto con un grupo de estudiantes realizaron una expedición anual a la jungla de Ecuador. El objetivo era que los estudiantes experimentaran de una forma distinta a la del laboratorio, más creativa.

Pría Anand, una de las integrantes, se preguntó si sería posible que existiese en la naturaleza “algo” que descompusiera el plástico. Para ello, comenzó a investigar con distintos tipos de hongos de la Amazonía, pero su trabajo quedó sin terminar pues finalizó sus estudios. El testigo fue recogido por su compañero Jonathan Russell y justo cuando comenzaba a pensar que era misión imposible… se fijó en la placa de Petri, donde estaba realizando sus experimentos. ¿Qué vio? El plástico había desaparecido. Encontró lo que estaban buscando.

El comedor de plástico es el hongo Pestalotiopsis microspora, capaz de sobrevivir sólo con una dieta de poliuretano – el plástico más común en nuestra vida diaria- y, lo más sorprendente, lo puede hacer en un ambiente anaeróbico, condición ambiental adversa.

El hallazgo fuepublicado en la revista Applied and Environmental Microbiology, destacando que el hongo es “una prometedora fuente de biodiversidad para la detección de propiedades metabólicas enfocadas a la biorremediación.”

Referencia: Russell, J. R. et al. “Biodedradation of Polyester Polyurethane by Endophytic Fungi”, Applied and Environmental Microbiology, 2011, vol. 77, n0. 17, 6076-6084

Fuente: digitaljournal