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Bibliotecas 2029. ¿Hay futuro para la humanidad bibliotecaria?

Javier Pérez Iglesias 9 de Octubre de 2012 a las 14:14 h

Pensar sobre el futuro puede ser muy entretenido (nunca tanto como ver lo que pensaban de nuestro presente hace sólo 30 años) o una pesadez, para quienes creen que eso de adelantarse a los acontecimientos es una labor estéril. En mi caso,  ha sido muy estimulante pasar un fin de semana debatiendo sobre el futuro de las bibliotecas. Lo he disfrutado como una reentré de lujo al mundo bibliotecario (mejorando la estupenda acogida de los compañeros de la BUC) después de tres años dedicado a otros menesteres.

Las Jornadas "Bibliotecas 2029", que se desarrollaron en Jumilla entre el 21 y el 23 de septiembre, fueron un reencuentro feliz con el mundo bibliotecario y yo creo que fue así porque se cumplían una serie de condiciones a saber:

Contaron con una alta dosis de mestizaje. Sí, entre los participantes (me refiero a público y ponentes) había profesionales del mundo de las bibliotecas públicas y de las universitarias (las escolares estuvieron presentes por alusiones). Pero, además, había gente de distintos países (EEUU, Finlandia, Alemania) y de diversas comunidades autónomas. También participaron personas que tienen mucha relación con las bibliotecas pero que no son profesionales de ese ámbito y con las que es importante colaborar: gestores culturales, cuenta cuentos, especialistas en animación a la lectura, gestores de sistemas bibliotecarios. También puede resultar un ejemplo de esas  alianzas público-privadas,  que ahora tanto gustan,  porque participaban diversas instituciones (Ayuntamiento de Jumilla, Embajada de los Estados Unidos de América, Instituto Polaco de Cultura, Bibliotecas Públicas de Murcia) junto a asociaciones profesionales (Finnish Library Association, SEDIC, Anabad Murcia y Anabad Castilla-La Mancha) y también empresas privadas (Baratz y las Bodegas Carchelo).
Jumilla foto de grupo

Pero junto a todas estas organizaciones, de la administración y de la sociedad civil, hay un grupo de personas que se juntan para, de manera voluntaria, dar lo mejor de sí mismas y trabajar por un modelo de biblioteca que tenga algo que ofrecer en este siglo XXI (cambalache). Me estoy refiriendo al Grupo Durga (diosa hindú del "buen rollito" con brazos para dar y regalar) integrado por cinco profesionales cinco del mundo bibliotecario, a saber: Lorena Gómez Méndez, Pilar Navarro, María Jesús del Olmo, Honorio Penadés y Pedro Quílez. No dejéis de consultar su blog, Bibliotecas 2029: documentos y debates sobre el futuro de las bibliotecas, desde el que proponen unas tertulias virtuales con traducciones de artículos interesantes. Por debajo late un modelo de biblioteca como lugar mestizo, en donde todo (lo que sea cultura y conocimiento) y todos (personas, cyborgs y mascotas animales o máquinas) pueden tener cabida. Tenemos una tradición bibliotecaria muy arraigada que implica cooperar, compartir y dar servicios, es cuestión de sacar lo mejor de nuestro pasado para tener algo que ofrecer en el futuro. Así que, por esos lados de la mezcla y la remezcla Jumilla cumplió expectativas.Grupo Durga


Las intervenciones tuvieron un alto nivel, tanto por la trayectoria profesional de las participantes como por su implicación en la búsqueda de unos servicios mejores para la ciudadanía. Un denominador común a todos los planteamientos fue la importancia que se le da a la función social de las bibliotecas. Unas bibliotecas mejores para un mundo mejor, podría haber sido un subtítulo bueno para las jornadas. También resultó muy interesante la variedad de las visiones y experiencias. Desde los Media Lab de algunas bibliotecas públicas de EEUU (el de la Chicago Public Library es un buen ejemplo) que presentó Karen Hartman al repaso del robusto sistema bibliotecario finlandés que nos ofreció Kristiina Kontiainen. En ambos casos se trata de servicios bibliotecarios con grandes capacidades para innovar y un fuerte arraigo en la sociedad pero igualmente sometidos a incógnitas sobre el futuro. Me llamó la atención la preocupación de los bibliotecarios finlandeses por la supervivencia de algunas bibliotecas que se pueden ver afectadas por la reducción de municipios que se está realizando allí. En cuanto a los Media Lab, suponen una experiencia de usos y servicios dentro de la biblioteca que amplía muchos horizontes: talleres de creación musical, espacios para crear videojuegos... ¡Y, en algunos lugares, máquina de diseño en 3D que permiten fabricar cualquier diseño imaginado! Las bibliotecas como Fab Lab sigiendo la estela del MIT. Claro que, eso ocurre en Estados Unidos por la fuerte apuesta del mecenazgo privado que en el caso de la Chicago Public Library están representadas por la La Pearson Foundation y la MacArthur Foundation.Mesa redonda


Todo comenzó invitando a pensar. El maestro de ceremonias fue Francisco Jarauta. Yo me perdí su intervención (por esas cosas de las comunicaciones analógicas que nos hacen llegar tarde a los sitios) pero lo que él habló sirvió para animar muchas conversaciones en las que participé durante las Jornadas. Afortunadamente, los compañeros de Durga ya han colgado sus apuntes de la conferencia inaugural "De Alejandría a la Biblioteca virtual: el futuro de las Bibliotecas". El final de las Jornadas también nos dejó muchas ideas sobre qué caminos pueden tomar las bibliotecas en un mundo cambiante y desconcertante como el nuestro. Esta vez las ideas vinieron de Lluis Anglada. Lo que más me gustó fue su visión de la biblioteca como entidad multiinstitucional y la apuesta por los avances organizativos para encarar el futuro. La visión de las políticas bibliotecarias tiene que ser más internacional a la hora de crear alianzas y, dentro de cada país, la defensa de lo público debe incluir asociaciones amplias que vayan más allá de las bibliotecas (incluyendo a todas las instituciones implicadas en la cultura: museos, archivos, centros culturales, etc.) y más allá de la Administración (creando lazos con empresas del sector, fundaciones privadas, etc.). Diosa Durga


Aprovecho a Lluis Anglada para insistir en un tema que él sacó y en el que no puedo estar más de acuerdo: la separación tajante entre diferentes tipos de bibliotecas, por ejemplo entre públicas y universitarias, es un error (cuando no una estrategia malintencionada para crear divisiones absurdas y paralizantes). Todas, absolutamente todas las bibliotecas con vocación de servicio público deben estar comprometidas con el conocimiento y con el aprendizaje.
Del mundo universitario procede también Zuza Wiorogórska (Biblioteca de la Universidad de Varsovia). Me gustó el punto de partida de su ponencia en el presentó a Polonia como un país que ha estado siempre preocupado por su pasado, influido por sus cambiantes fronteras y su "ser o no ser" como nación. Para ella eso ha supuesto un lastre porque, aunque está claro que no podemos predecir el futuro, el ejercicio de pensar en qué va a ocurrir, cómo se van a dibujar las tendencias, es básico para avanzar y mejorar. En la tarde del sábado, Wiorogórska participó, junto con Kontiainen, Hartman y Anglada en una mesa redonda moderada por Pablo Gallo León de la Universidad Miguel Hernández de Elche. También pudimos escuchar la visión de Esther López (Responsable del Producto de Bibliotecas Escolares de Baratz) alguien que es pionera en sistemas de gestión bibliotecaria en nuestro país.Biblioteca inundada


Fueron constantes las alusiones a ALFIN como uno de los campos en los que las bibliotecas tienen futuro. La Alfabetización Informacional o la Formación en Competencias de Información (por no ponernos tan estupendos) es parte de esa labor educativa que las bibliotecas (públicas, escolares o universitarias) tienen desde sus orígenes. En este mundo "infointoxicado" saber buscar,  evaluar y utilizar convenientemente la información es una necesidad para todos los públicos. También se relaciona con el ejercicio pleno de la ciudadanía y la calidad de la democracia. Para participar en la vida comunitaria, para ejercer nuestros derechos y para aportar a la sociedad es imprescindible saber manejar la información. Así que una línea de futuro para las bibliotecas que se perfila con mucha claridad pasa por el ALFIN.


Las visiones de Europa y Estados Unidos sobre cómo serán las bibliotecas del futuro, y los retos a los que se enfrentará la profesión, se vieron complementadas por las ponencias del domingo por la mañana. Alberto Soler Soto, Coordinador del Premio Mandarache de Jóvenes Lectores del Ayuntamiento de Cartagena (Murcia) con su "Back to the future" animó a la concurrencia con un alegato sobre la profesión bibliotecaria que, viniendo de un compañero de viaje, resultó el doble de gustosa. Villar Allerano, Biblioteca Civican (Pamplona, Navarra), nos emocionó con una presentación que utilizó la puerta como metáfora de lo que pueden ofrecernos las bibliotecas. Su ponencia reflejaba no sólo su experiencia personal sino el trabajo en equipo de una biblioteca que mira a los otros (emigrantes, niños, personas en situaciones de exclusión) como protagonistas. Muy centrado en lo que van a seguir  marcando los avances técnicos, Julián Marquina nos presentó su visión de "el bibliotecario ante los medios sociales. Año 2029". Y el propio grupo Durga nos ofreció un patchwork, a cuatro manos, muy visual, impactante y sugerente de su visión de lo que puede ser el futuro para las bibliotecas.


Y Last but not least , nada hubiera sido lo mismo sin la organización impecable y la manera de recibidos y tratarnos de los anfitriones (creo que Pedro Quílez puede representar muy bien a ese excelente equipo) . Ese cariño y ese mimo con que nos acogieron propició una sensación de libertad y confianza que facilito mucho el debate y el intercambio de ideas. Todo funcionó de maravilla durante las horas de trabajo pero no se olvidaron de cuidar las comidas (¡qué viva la cocina murciana!) y, mucho más allá, ofrecernos un ocio cultural de lujo con las historias contadas de Felix Albo. Sobre este último, merece la pena consultar la reseña que hizo Andoni Calderón en Sinloleonolocreo.Felix Albo


Las Jornadas terminaron pero hay un grupo en Facebook, "Jornadas Bibliotecas 2029", en donde se continúan colgando imágenes, comentarios, enlaces a algunas de las ponencias y diversas secuelas y antecedentes sobre el futuro de las bibliotecas. Por cierto, las fotos que aparecen en esta reseña se han sacado de ese Grupo de Facebook (seamos correctos con las autorías).


No puedo poner el punto final a esta crónica sin referirme a un artículo, "The Decline and Fall of the Library Empire" que tiene mucho que ver con lo que se planteó y discutió en las Jornadas. Su autor, Steven Coffman, Vicepresidente de Library Support Servicesde, LSSI, Library Systems and Services, plantea como la generalización de las TIC y de la web 2.0 han colocado a las bibliotecas muy lejos de sus sueños. La biblioteca digital existe pero son Google, Amazon, Barnes & Noble y Apple quienes la gestionan y ofrecen lo que las bibliotecas ya no son capaces de dar. Coffman repasa los distintos "delirios" bibliotecarios (empezando por la intención de catalogar la web) y los buenos deseos (ser facilitadores de acceso a internet para quienes no pueden costearse ese servicio o incorporar los libros electrónicos a su oferta de servicios, por ejemplo) que han sido desactivados por el curso de los acontecimientos. Al final las bibliotecas deberían mirar  a sus orígenes y centrarse en "lo de siempre": mejorar la vida de las personas que dan sentido a las instituciones. Os recomiendo la lectura completa del artículo, que ya ha sido reseñado en La Biblioteca informa al Bibliotecario junto con algunos análisis que se han hecho del mismo.

En fin, buenas lecturas y a inventarnos el futuro que no están los tiempos como para que nos lo den hecho.

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