En Universo de locos y otras novelas de marcianos, el director de una revista de ciencia ficción se ve proyectado accidentalmente a un mundo paralelo que parece sacado del escenario pulp más delirante. Un cohete experimental falla y cae sobre él, pero en vez de matarlo, lo transporta a una realidad homóloga que a primera vista parece ser la misma. Es el mismo año. Es la misma ciudad. Él sigue siendo editor. El problema es que cuando busca entender qué pasó, encuentra que los humanos tienen por mascotas a una especie de reptiles gigantes bastante desagradables. Su sorpresa llega al límite cuando descubre que en esa realidad, los viajes espaciales son algo común.
Dentro de su extensa bibliografía, Fredic Brown sólo produjo cinco novelas de ciencia ficción, pero todas ellas dejaron una huella indelebre. Fue capaz de subvertir los iconos de la estética pulp y presentarlos en tramas delirantes y tremendamente diverticas que traslucen una mirada corrosiva y sarcástica, fruto de una sensibilidad en la que se mezclan la ternura y el pragmatismo. En un mismo tomo se incluyen Universo de locos (1949), Las estrellas desafiantes (1953) y ¡Marcianos, largo de aquí! (1955).
También ha llegado a nuestras estanterías Crepúsculo, la primera parte de la saga vampírica de Stephenie Meyer.