Como las bicicletas, los sombreros de paja y las gafas de buceo, los libros son para el verano. Antes de una siesta o bajo la sombra de un árbol, junto a la "sonrisa infinita de las olas", un libro es una compañía que a la vez amortigua y multiplica. Estas son algunas propuestas:

Queríamos recomendar de nuevo a Torrente (el escritor ferrolano). No solo porque es en muchas ocasiones maravilloso sino porque este año celebramos su primer centenario (nació en 1910) y es oportuna una señal de reconocimiento. Quizá nos lleve el viento al infinito juega con una idea que a todos nos ha pasado por la mente: ser muchas personas a la vez, vivir diferentes vidas y aventuras.  Una narración donde tiene cabida todo tipo de personajes, desde un marine cuya personalidad parece haber sido misteriosamente suplantada, hasta robots diseñados para ser perfectos asesinos o adorables y atractivas espías rusas. El autor va trazando una historia llena de intrigas que se cruzan, a la vez que desarrolla, paralelamente, sus ideas sobre la fragilidad del ser humano, la delgada línea que separa lo real de lo inverosímil y cómo la Historia puede ser manipulada según ciertos intereses.

Más escritores gallegos que intersectan con la Ciencia Ficción, en este caso uno estrictamente contemporáneo: David Monteagudo, natural de Viveiro (Lugo). Fin es, paradójicamente, su debut literario. Un grupo de amigos que había perdido el contacto se reúne en un refugio de montaña en el que estuvieron hace quince años y donde pasó algo que todos recuerdan con incomodidad. El misterio de lo que ocurrió aquella noche y los acontecimientos extraños que se van sucediendo mantienen la tensión y también las dudas respecto a la naturaleza de la propia obra, que fluctúa entre las convenciones del drama psicológico, la novela negra, la ciencia ficción...y nada de lo anterior.

Del último confín occidental volamos a Extremo Oriente sobre la alfombra mágica de la literatura. La biblioteca de ocio de FDI ha ido creciendo con una pequeña cápsula de letras asiáticas que pone a disposición de los usuarios un antídoto de sabiduría milenaria ante eventuales intoxicaciones producidas por las inhalaciones distópicas de la Ciencia Ficción. Destacamos el librito de Inazo Nitobe (1862-1933) El Bushido, que recopila y explica la tradición oral del arte y la ética de la caballería japonesa (en difinitiva de los Samuráis) y que nos facilita la comprensión de los códigos de conducta de ese colectivo guerrero tan desvirtuado en algunas películas y videojuegos. Breve y con una claridad envidiable, nos desvela algunas curiosidades: un guerrero podía pegar a su mujer en público, pero si quería besarla tenía que hacerlo en privado; contradicción compartida en Occidente y que choca con otra máxima de los caballeros samuráis: "No es correcto que el cazador de aves mate al pájaro que se refugia en su seno".

Muchos siglos antes había nacido en China Zhang Hua (232-300), que ocupó diversos cargos de poder en la administración imperial. No es de extrañar que un "administrador" titule Relación de las cosas del mundo una de sus obras. Lo que sí nos llama la atención es que se incluyan tanto descripciones y explicaciones racionales como otras irracionales y fantásticas: por un lado, descripción de fronteras, de cómo reproducir cangrejos a partir de uno solo, cotradiciones curiosas como la llamativa costumbre de ciertas gentes del Imperio Hang de descarnar los cadáveres de sus difuntos para enterrar sólo los huesos; y por otro lado, recopilación de noticias extraordinarias como que "los inmortales" van montados en dragones y tigres, que hay espadas imperiales que son espadas macho o espadas hembras, etc.

Como auténtica narrativa moderna podemos considerar nuestra última obra recomendada: los Cuentos de lluvia y de luna de Ueda Akinari (1734-1809), escritos con una prosa culta y amena. Estos relatos juegan con hechos reales e históricos y con hechos fantásticos, donde los espíritus intervienen de diferente e inquietante manera en la vida de los mortales: "...padre e hijo se miraron preguntándose quiénes podrían ser los visitantes a esas horas de la noche...".