Cuando el pasado 10 de diciembre se celebró con un doodle el 197º aniversario del nacimiento de Ada Lovelace, pudimos constatar los pocos libros que la Biblioteca Complutense reúne sobre esta mujer difícil de adjetivar porque escapa a las clasificaciones. No así sobre el lenguaje de programación que recibe su nombre. La situación se agrava si interrogamos las bases de datos españolas. Allí solo encontramos un artículo dedicado a la matemática y aristócrata inglesa.
Lo firma Juan Pazos Sierra, lleva por título Augusta Ada Byron, Condesa Lovelace, y su (in)merecida fama, y está recogido en el número 55 de la revista Manual Formativo de ACTA, correspondiente al año 2010. Según el autor, la hija de Lord Byron debe su fama actual, sobre todo, a su "promotor" Alan Turing —recordado durante todo este año que se acaba— quien en 1950 acuñó el término "Lady Lovelace's objection" en su artículo"Computing machinery and intelligence". Esta objeción recordaba el enunciado de la condesa de que "the Analytical Engine has no pretensions to originate anything" (la máquina no puede crear). Despedimos el año Turing rememorando este artículo fundacional, en el que se recupera del semiolvido la figura de una pionera para convertirla en leyenda.
Ambos, Turing y Lovelace, tuvieron su correspondiente doodle en 2012.