"Nada es tan fuerte y seguro en una emergencia de la vida como la simple verdad." Charles Dickens.
Quizá debido a esa presunción de madurez, que nos aporta la capacidad de leer las novelas contemporáneas, con argumentos más pervertidos, causados por nuestra creciente inhumanidad, emitamos juicios negativos contra la novela moralista victoriana, que durante el siglo XIX, eran publicadas como folletos semanales, y que constituyen la crónica de la gran sociedad industrial, tildándola de infantil, un poco inocente y literariamente, infantil. Pero si así fuera, nuestro querido Dickens salvaría con sus voluminosas novelas, el retrato veraz de lo que parecía adolecer el entonces, con la moral de doble capa, presentándonos las figuras rufianescas y bondadosas que están en cualquier grupo humano estratificado: de la ciudad o del campo, en las profesiones, entre pobres, ricos, buenos o malos, etc., en cada época que hagamos una parada histórica; incluido el aglutinamiento actual, de visibles e indultados.
Según la Enciclopedia británica de personajes literarios, Dickens creo 989 en sus ficciones, algunos de ellos basados en habitantes que él conocía; y el describirlos tan de cerca, fue causa de problemas con los auto-identificados. También de los términos que incorpora de la jerga, extendidos en toda su obra, existe todo un diccionario de expresiones y palabras, que forman parte del utilitario de la conversación actual.
La novela de Grandes Esperanzas es la número trece del autor. Se publicó entre 1860 y 1861, de la forma que se acostumbraba entonces, teniendo una gran popularidad. Aparecía en dos capítulos semanales, creando tras cada nueva entrega, una ansiada espera de los dos siguientes, pues sabían reflejaba, un poco, la vida del autor.
La principal protagonista, como en casi todas sus novelas, sigue siendo la ciudad de Londres, donde la revolución industrial se desarrollo con más virulencia. La metrópoli de las cárceles, de los juicios en grupo, de los proletarios esclavizados, de la construcción del ferrocarril y el metro, donde convivían el autor y Karl Marx. Y ambos buscaban, desde la raíz de la explotación, o en los profundos cambios sociales, en las injusticias, y desde aquel inicial triunfo del capitalismo, encontrar con la creación de sus libros, la forma para que aquel truculento mundo laboral, no quedase en el anonimato. Se público el primer volumen de El capital a la vez que Grandes Esperanzas, esta con más dosis de pesimismo, revoloteando por el mundo de las emociones, con pocas oportunidades para la risa y muchas para la ironía.
Un desglose de matices de los personajes principales, secundarios o antagonistas de esta novela, sería un interminable árbol genealógico de pautas sociológicas, con un abanico casi completo de las variantes en todos los estamentos sociales, donde interaccionan el mundo socio-laboral y el capitalismo. Sin ser una análisis de la política o del trabajo, casi en cada capítulo aparece una diferente modalidad de profesión, de cambio en las formas de trabajo y de las relaciones laborales, de aspiraciones y desventajas entre unas clases sociales y otras.
Y esa verdad completa de la vida de Phillip Pirrip, la encontramos en Grandes Esperanzas, en la que Charles Dickens se confirmo como un maestro de la novela victoriana, combinando misterio, ironía y realismo, con un estilo altamente refinado.
En el condado de Kent, Inglaterra, Pip, un niño huérfano vive con Georgina, su agresiva hermana, 20 años mayor que él, y su marido Joe, un amable y sencillo herrero. En la víspera de Navidad, a la vez que visita la tumba de sus padres muertos, deambula por el paraje neblinoso del cementerio próximo a su casa, cuando se encuentra con la dureza hambrienta de un preso fugado, que le exige una lima, algo de comer, y su silencio, bajo amenazas. Al acceder a sus peticiones, sabe que si es descubierto será castigado, pero le presta ayuda a aquel agresivo personaje, que pronto es capturado, sin revelar quien le ayudo a quitarse las cadenas, y desaparece de su entorno. Pasado el episodio, lo olvida.
El cambio de rumbo de Pip comienza cuando la rica señora Haviham, que vive en Satis House, una mansión fuera de los dominios del pueblo que él conoce, le reclama a su servicio. Una mujer amargada, abandonada por su prometido, en el día de su boda, hace mucho tiempo. Todavía usa su vestido de novia y, un podrido pastel nupcial, permanece sobre la mesa del comedor. Allí está la joven Estela, un corazón frio, aleccionado por la vieja dama, para vengarse de los hombres, y que le desprecia por harapiento e ignorante, pero se enamora de ella.
Se da cuenta que todos a su alrededor, excepto Joe, le detestan y con el objetivo de superar los obstáculos que le convierte en marginal, comienza a alfabetizarse con su amiga Biddy, una huérfana de su misma edad. Pasan los días, continúan las visitas a la excéntrica dama y los encuentros, con Estela y sus despectivos modales, hasta que un día, que le acompaña Joe, la señora le anuncia, que prescinde de su servicio.
Como consecuencia de otro extraño incidente, su hermana se queda paralítica, e inicia su aprendizaje como herrero, con su cuñado, subvencionado con dinero de la señora Havisham. Esto agrava más la situación de Pip que suspira por ser un caballero, no un herrero.
Un día Jagger, un abogado del entorno de la excéntrica dama le comunica que un benefactor anónimo le ha legado una gran suma de dinero, que él le ha de administrar, con el objetivo de convertirse en un caballero, trasladándose a la ciudad de Londres, bajo la tutela de del señor Mathew Pocket, dejando atrás la única familia y los amigos que conoció. Se hace muy amigo de Herber, hijo de su tutor.
Su riqueza y posición le cambian, y pronto, Pip lleva una muy disipada. Se avergüenza de Joe y Biddy y no quiere saber nada de ellos. Piensa que la asociación con ellos le rebajara a los ojos de Estela, que continúa siendo un objetivo importante en su vida. Recibe una gran alegría cuando se entera que está viviendo en Londres. Su comportamiento nos sigue indicando que ha sido entrenada por la señora Havisham para romper los corazones de los hombres, y es puesta constantemente en la vida de Pip para jugar con él.
Es entonces cuando se entera de que su hermana ha muerto, sumiéndose aún más en la melancolía, a la vez que piensa que su benefactora es aquella dama, que le está preparando para ser el marido de su pupila, aunque ella le haya advertido de que no le puede amar.
El día de su veinticuatro cumpleaños descubre que su benefactor es Provis, el preso del cementerio, que tras ser desterrado de por vida a Nueva Gales del Sur, hizo fortuna, y quiso ocuparse del niño que le ayudo entonces, para que se convierta en el caballero que él no pudo ser. Y en este punto empieza la educación moral de Pip, al darse cuenta lo complicada que es su nueva vida, añorando su antiguo hogar, a Biddy y sintiendo vergüenza por haber despreciado a su amigo Joe. A la vez que renuncia a la ayuda del expresidiario, decide ayudarlo, pues se da cuenta de que está ilegal en el país, su condena le prohíbe volver a Inglaterra de por vida. Junto con su amigo Herbert intentan ocultarlo, hasta que puedan sacarlo al extranjero.
Antes de huir, se declarara a Estela, que le dice que se casa con uno de sus enemigos. Drummle. Visita a la señora Havisham, y se entera de que Estela es hija de Provis, como consecuencia de un incendio la vieja señora muere, sabiendo Pip que le ha dejado parte de su fortuna a su amigo Herbert, pensando que así será perdonada
En un intento de escapar Provis es herido gravemente, apresado y muere durante el juicio. Herbert le deja y se va a El Cairo. Tras toda la sucesión de acontecimientos Pip cae en una grave depresión y enferma, pasando semanas inconsciente, y cuando despierta su amigo Joe está allí, le ha cuidado y pago sus facturas.
Cuando vuelve a su pueblo para agradecer la atención de Joe, este se casa ese día con su amiga Biddy, y vuelve frustrado, decidiendo escapar para reunirse con Herbert en Egipto, donde consigue progresar.
Once años después vuelve, y conoce al otro Pip, hijo de Joe e Biddy, y en una visita a Satis House descubre que Estella vive allí. Ambos hablan, sabe de sus fracasos matrimoniales, la ve arrepentida y se hacen amigos para toda la vida.
El final de la novela fue motivo de una amplia disputa, pues Dickens escribió dos finales, el original, que se decanta por una profunda amistad para el resto de su vida, y el segundo, orientándolo hacia su matrimonio. Se publicó con el primero, recibiendo el apoyo de grandes escritores y biógrafos, excepto su amigo Wilkie Collins que opto por apoyar el segundo, conocido posteriormente.
En las fechas de su publicación, Inglaterra vivía una época de tranquilidad, ya que en el resto de Europa estaban sufriendo los nacionalismos y unificaciones de Alemania e Italia. Surge el primer movimiento obrero, que da origen a los sindicatos, articulados por oficios; se crean las primera cooperativas; florece el libre comercio con las colonias y se suprimen los aranceles; empieza el auge de las empresas mineras; se desarrolla el transporte con el ferrocarril; crecen los nucleos urbanos alrededor de las fábricas; nace el proletariado industrial; se habla de democracia burguesa; suben las rentas nacionales; decaen los oficios artesanos y agrícolas; crece el nivel educativo urbano, que es nulo en el mundo rural; y no hay grandes movimientos o cambios políticos.
Todos estos cambios son introducidos por Dickens, capítulo a capítulo, al describir a los personajes que cohabitan y trabajan en el itinerario vital de Pip, o a él mismo.
Chales John Dickens nació el 7 de febrero de 1812, en Portsmouth, región sur de Inglaterra, siendo su nombre completo, Charles John Huffan Dickens. Era hijo de John Dickens, hombre entregado al juego y la bebida, causa por la cual la familia padecería serios problemas financieros.
Su infancia, pobre, autodidacta hasta los nueve años, formado a través de lecturas, sobre todo, "El Quijote de la Mancha", le obligó a conocer el trabajo duro, en condiciones paupérrimas, a la edad de 12 años, época en que comenzó a desempeñarse como empaquetador de betunes para zapatos, en la fábrica Warren"s Blacking, tras el encarcelamiento de su padre, por motivo de deudas impagas. Esto, en parte se solucionó al recibir una herencia de su abuela paterna. Esto le posibilitó asistir nuevamente a la escuela, abandonando la fábrica. Sin embargo, a los 15 años, dejó sus estudios para desempeñarse como mensajero en un estudio jurídico.
Comenzó su labor como periodista, a partir de 1828, como redactor del Morning Chronicle, luego The Mirror of Parlament y más tarde para el periódico de George Hogarth bajo el título Sketches by Boz.
En 1836 contrajo enlace con Katherine Hogarth, hija de George Hogarth con la cual tuvo 10 hijos.
La ciudad de Edimburgo lo distinguió como su hijo adoptivo, en 1841, y viajó a Estados Unidos. Allí en "Notas de América", realizó una denuncia sobre la esclavitud, que le valió la crítica de los ciudadanos estadounidenses.
Realizó viajes por Italia, Suiza y Francia, donde conoció a Alejandro Dumas y a Julio Verne.
A partir de 1850, sufrió problemas de salud y la muerte de una de sus hijas, de su padre y de su hermana, además de su divorcio.
En 1865, le ocurrió un terrible accidente ferroviario, y en 1870 padeció un derrame cerebral que le ocasionó la muerte, el 8 de junio de ese año en su casa de Gadshill Place.
En su obra podemos reconocer la gran virtud de denunciar el trabajo infantil, relatado desde el más profundo conocimiento de quien lo ha padecido. Retrató, además, con gran fidelidad las costumbres de la época, la de la reina Victoria, con su largo y conservador reinado.
Cultivó diversas modalidades de la novela, entre ellas la histórica, la policial y la paródica o humorística.
Puede considerarse uno de los más grandes novelistas en la literatura moderna y un destacado cultor de la orientación realista.
A su primera obra, "Esbozos", reunión de sus crónicas periodísticas, firmadas con el sedónimo de Boz, le sucedieron: "Papeles póstumos del Club Pickwick" (1836-1837), "Nicholas Nickleby" (1838-1840), "El almacén de antigüedades" (1840-1841), "Canción de navidad" (1843), "David Copperfield" (1849-1850), "Grandes Esperanzas", "Historias de Fantasmas", "Oliver Twist" (1837-1839), "Dombey e hijo" (1846-1848), "La casa desierta" (1852-1853), "Tiempos difíciles" (1854), "La pequeña Dorrit" (1855), "Historia de dos ciudades" (1859), "Grandes Esperanzas" (1860-1861), "Nuestro amigo común" (1865), "El guardavía" (1866) y "Notas de América".