Es posible que muchos de nosotros no nos acordemos de cuándo se produjo ese momento en el cual se nos cayó nuestro primer diente de leche. Lo que sí es seguro es que en nuestra cabeza siempre se asocia la pérdida de dientes de leche con la visita, esperada y a media noche, del ratoncito Pérez o de otros seres que cumplen la misma función que el pequeño ratón, según la región en la que nos encontremos.
Es interesante observar a este respecto, como estas tradiciones no han sufrido modificaciones a lo largo del tiempo. Muestra de ello es el proyecto que han llevado a cabo un grupo de alumnos de un instituto de Vela de Cruces (Pontevedra), en el cual han recopilado las tradiciones en relación a la caída de los dientes de leche contando con la ayuda de varias generaciones y cuyo resultado puede verse en el video Toma, luminho, este dentinho.
Entre estos seres legendarios que se ocupan de los dientes de leche, el más popular es el ratón Pérez, un personaje creado por Luis Coloma como encargo de la reina regente María Cristina, para así aplacar la incertidumbre del pequeño Alfonso XIII ante la caída de su primer diente de leche. El cuento en el que aparecía el ratoncito Pérez, fue publicado en Madrid en el 1894. Desconocemos el por qué del nombre del famoso ratón, aunque nos puede dar una pista un relato corto sobre el personaje que comienza así: "Pérez era un peluquero que contaba lindos cuentos y regalaba juguetes a los niños. También era capaz de sacar muelas y dientes sin hacer nada de daño (...)". Apunta el doctor Romero-Maroto, que quizá existiera una asociación entre el barbero-dentista Pérez, y la relación ratón-diente, aunque no hay pruebas para afirmar este hecho.
Si bien la figura del ratón Pérez es muy conocida en los países hispanohablantes, encontramos en este ámbito otra serie de personajes que cumplen la misma función del pequeño ratón: recoger los dientes de leche y cambiarlos por monedas o regalos. En Francia, el equivalente es La petite souris y en Italia el conocido Topolino. En Estados Unidos es el hada de los dientes quién se hace con las piezas de leche de los pequeños y las cambia por monedas. Otra de las tradiciones más extendidas ante la pérdida del primer diente es arrojar éste sobre el tejado, mientras se recitan una serie de versos: "dientecito, dientecito, te tiro al tejadito para que me salgas más bonito".
El origen de estas tradiciones es incierto, podemos rastrear el uso de los dientes de leche como amuletos. Su función apotropaica servía en muchos casos para proteger a quien portaba dichos dientes ante hechizos malignos. En zonas de Fuerteventura, se tiene constancia de la presencia de amuletos-chupetes hechos con dientes de perro y que preservaban al niño de las enfermedades bucales así como aceleraban el crecimiento de las nuevas piezas.
Sea como fuere, el ratoncito Pérez forma parte de nuestra más tierna infancia, ya que cuándo uno de nuestros pequeños dientes de leche comenzaba a moverse anunciando su inminente caída, no podíamos evitar sonreírnos ante la visita de este pequeño amigo y por consiguiente nuestro recompensa en forma de moneda reluciente.
Fuentes consultadas:
Pedrosa, J.M.: Conjuros y ritos mágicos sobre la dentición infantil. Revista de dialectología y tradiciones populares.; 48 (2), tomo 1993, pp. 155-169
González Iglesias, J.: Los ratones, el sol y los dientes. Profesión dental, 22 (5), 1995, pp. 43-44.
http://articulos.clinicamartinromero.com/RatonPerez1.pdf
http://www.farodevigo.es/opinion/2015/06/15/marco-do-camballon-indaga-ritos/1259953.html
http://www.gibralfaro.uma.es/leyendas/pag_1722.htm