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Un recorrido por la Odontología a través de la Historia y el Arte

SILVIA ALFONSO 9 de Octubre de 2015 a las 13:03 h

Estela de Hammurabi

¿Sabías que ya en el 1.750 a.C se advierten los castigos a quién haga mal uso de la odontología? ¿O qué el primer dentista del cual tenemos noticias vivió durante el reinado de Zoser en el Antiguo Egipto? ¿O que ya en Grecia y Roma se usaban rudimentarios fórceps para extraer las piezas dentales? Todos estos datos y algunos más se presentan en este post que nos acercará a la odontología en la Antigüedad, como se entendía y estudiaba y si estaba (o no) más cercana a nuestros métodos actuales.

 

La Antigüedad. Mesopotamia y Egipto. El mundo clásico: Grecia y Roma.

Mesopotamia. El mayor conocimiento que tenemos sobre la odontología en este periodo es a través de los restos que nos ofrece la biblioteca del rey Asirio Asurbanipal. La medicina aplicada en este momento dependía en gran medida de elementos mágicos y adivinatorios como ocurría en otras culturas primitivas. En el código de Hammurabi (1792-1750 a.C) ya se advierte de los castigos a quién haga un mal uso de la odontología, como se observa en la Ley 200: Si alguien arranca un diente a un igual, se le arrancará su propio diente o la Ley 201: Si alguien arranca un diente a un inferior, se le multará con un tercio de mina de plata (...). Sucedía que en muchos de los casos, el estado de los dientes determinaba el avance o estancamiento de una enfermedad.

 

Egipto. En Egipto, la medicina había comenzado a practicarse ya desde hacía 4600 años, aunque pocoa poco los doctores comenzaron a especializarse en determinadas zonas del cuerpo. El primer dentista del que conocemos su nombre es Hesi-Re, quien vivió durante el reinado de Zoser y al que se le describe en una placa conmemorativa como el más grande de los médicos que tratan los dientes. Los egipcios sufrían muchas enfermedades dentales, y parece que la extracción era la forma de aliviar estas afecciones. Estos problemas se debían en gran medida a la dieta egipcia. El grano para el pan que se consumía era molido con bastas piedras y durante el proceso se mezclaba con partículas de arena. Se han hecho numerosos estudios incidiendo en la relación entre dieta y enfermedades dentales en el Antiguo Egipto, como muestran los estudios de F. Filce.

 

Grecia y Roma. Grecia, cuna de la democracia comenzó a desarrollar un sistema filosófico ya a principios del siglo VI a.C del cual nacerían las ciencias naturales y la medicina. Tanto en Cos como en Cnido se formaron escuelas médicas que a mediados del siglo V a.C ya habían tenido su máxima difusión. La medicina griega, tal y como era entendida por la escuela hipocrática, estaba en estrecha relación con la medicina sacerdotal que se basaba en el culto al dios Asclepio. De Hipócrates, el padre de la medicina, tenemos pocos datos. Enseñó la medicina no solo en su ciudad de origen Cos, sino también en otras muchas zonas de la Hélade. Sus enseñanzas se basaban en la aproximación racional a la enfermedad a través de una detallada observación del paciente. Entre sus escritos y de manera diseminada aparecen varias referencias a los dientes. Se interesa por su formación y su erupción así como las enfermedades más comunes y su tratamiento. En varios escritos aparece la referencia a los fórceps dentales, realizados en hierro y denominados odontagra y que han sido hallados en diversos sitios arqueológicos de Grecia.

Otro de los focos que más información nos aporta con respecto a la Odontología en la antigüedad es Roma. No se encuentra ni una sola palabra en latín antiguo dedicada a los dentistas, ya que la odontología no era considerada una profesión aparte y no se distinguían las enfermedades que afectaban a los dientes con cualquier otra parte del cuerpo. Celso escribió de forma prolija sobre los dientes y las afecciones orales. Comenta el uso de la lima para suavizar coronas fracturadas, la reposición de dientes permanentes recientes que emergen en una posición incorrecta, el tratamiento de las fracturas de los maxilares, así como la importancia de la higiene bucal: los dientes debían frotarse con una mezcla de hojas de rosa trituradas, agallas y mirra y enjuagándose la boca con vino puro.

 

Fuentes

RING, M.: "Historia Ilustrada de la Odontología". Ediciones Doyma, Barcelona, 1995.

GONZÁLEZ, J.: "Historia general de la higiene bucodentaria", D.L., Madrid, 2003.

GONZÁLEZ, J.: "Historia de la extracción dentaria". Yeltes, Madrid, 2007.

 

 

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