Los pequeños peces cíclidos del lago Malawi regeneran los dientes cada vez que los pierden. Los investigadores se han preguntado repetidamente si los humanos podríamos llegar a generar un nuevo diente cuando perdiéramos el natural y parece ser que han encontrado la respuesta en estos peces. Las investigaciones que se han llevado a cabo comienzan a dar sus primeros resultados y ya se ha encontrado la explicación al por qué estos peces mantienen intactos los dientes a lo largo de su vida.
El estudio publicado en la revista The Proceedings of the National Academy of Sciences, que analizó también los procesos dentales en ratones, llegó a la conclusión de que las estructuras que se encargan de la formación de nuevos dientes en estos peces se mantienen mucho más tiempo del que se pensaba, por lo que abre la posibilidad a que estos mecanismos pudieran ser activados en los humanos.
Estos animales han adaptado sus dientes y su paladar a las condiciones en las que viven: una especie se alimenta de placton mientras que otra vive en las algas y precisa de dientes para distinguir el alimento. Gracias a la colaboración con otras instituciones como el King´s College de Londres han podido demostrar que unos pocos genes participan en el desarrollo de los dientes y las papilas gustativas en los ratones.
Este tipo de experimento se llevó a cabo sumergiendo los embriones de los peces en productos químicos que influyen en las vías de desarrollo implicadas en la formación de dientes y en las papilas gustativas, manipulando después ambas estructuras. Aunque tienen distintos propósitos los dientes y las papilas gustativas se originan en el mismo tipo de tejido epitelial en las mandíbulas de los peces durante el desarrollo embrionario. Más tarden se diferencia formando dientes con esmalte duro o paladar blando.
Los expertos están ahora trabajando para determinar hasta qué edad se mantiene la plasticidad entre los dientes y las papilas gustativas y de qué forma se podría provocar un cambio.
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