Durante las décadas centrales del siglo XVII se produjeron en Andalucía un tipo de cuadros muy representativos tanto del alto nivel creativo alcanzado por los principales pintores, como de las expectativas y el gusto de una de las partes más activas de su clientela. Se trata de obras organizadas en series, en su mayoría de mediano tamaño y encargadas por personajes particulares para interiores domésticos u oratorios privados. En ellas se desarrolla una "historia" de origen bíblico o hagiográfico, bien sea la biografía más o menos completa de un personaje, o las etapas de un episodio biográfico. Eso permite entender no solo los recursos compositivos de sus autores, sino también su capacidad como narradores de episodios seriados.
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