¿Le ha pasado alguna vez? ¿Ha extraviado su memoria USB, lápiz de memoria, memoria externa, lápiz USB, o como más le guste llamarlo? Si la respuesta es sí, ya sabe que perder toda la información que almacenaba en el pendrive supuso un gran contratiempo para usted. Si la respuesta es no, piense que aún podría ocurrirle... Muchas veces vemos en el campus anuncios de personas que han perdido su memoria USB, describiendo el aparatito y rogando que quien lo encuentre se lo haga llegar. El tono de estas notas oscila entre la desesperación y el pánico. Y no es para menos.
La buena noticia es que no necesita un pendrive.