Leonardo Padura (La Habana, 1955) es un escritor cubano conocido por la serie de narraciones policíacas protagonizadas por el detective Mario Conde, por lo que su trayectoria como novelista queda fuera de duda.

Esta obra es ante todo una novela, con todos los ingredientes típicos: escritura fluida, entretenimiento, enganche y amenidad. Que nadie pretenda buscar en ella ni un tratado de historia, ni un libro de contenido ideológico estricto, sólo es una novela.

Se trata de tres novelas en una sola, en las que el núcleo central es el amor hacia los perros de los protagonistas:

En la primera narra el exilio de Trostky desde la Unión Soviética y su peregrinaje a lo largo del mundo: Turquía, Francia, Noruega y México. Nos muestra una vertiente familiar del gran personaje.

En la segunda historia cuenta la vida de Ramón Mercader, el catalán que asesinó a Trostky, sus orígenes, la guerra civil española, el asesinato y las consecuencias del mismo.

En el tercer relato la acción se desarrolla en Cuba y el propio escritor aparece en la vida del joven Iván, escritor malogrado, cuya vida y destino simbolizan la historia de su país.

Nos encontramos con diversos escenarios: España, varios países europeos, México y Cuba. El autor hace un recorrido histórico e ideológico a través de ellos, para ubicar los sentimientos y pasiones que se producen en la vida de los protagonistas. Se apoya en la historia para construir una obra de ficción. Su mayor reflexión se centra en su propio país, Cuba.

Libro apasionante, lleno de intriga y misterio. El autor no puede ocultar su verdadero oficio, nos hace cómplices de los secretos que forman parte de la vida de los tres personajes, todos con unas vidas e historias interesantes en las que nada es lo que parece y nos sumerge en un mundo intrigante que nos atrapa y se lee sin descanso. Creo que el entretenimiento es el principal fin de este libro, sin otras pretensiones, a pesar de todos los ingredientes que lo componen: marco histórico variado, diferentes geografías y célebres personajes históricos.