El tono de voz nos hace distinguir a nuestros interlocutores. A través del teléfono, detrás de una puerta o a lo lejos, asociamos voz y persona.
La novela de Marcel Beyer es una escalofriante secuencia de matizaciones experimentales, muy lejos de la ética científica.
El régimen nazi en sus últimos días, escucha a Goebbels, también lo hizo antes y durante todo el período de implantación masiva de las tecnologías visuales. Desde la radio o en los mítines, con su enorme capacidad para generar confianza y verosimilitud entre la audiencia, evoca acalorado, las victorias.
Toda su familia, y en especial la receptiva Helga, su hija mayor, con su dulce voz, hace de contrapunto en la novela, ante el técnico de sonido, y otros pocos, que forman el elenco esclavo del poder de la esvástica, en el bunker de Hitler.
Karnau, uno de muchos técnicos de sonido, que en el ejercito alemán, durante la Segunda Guerra Mundial se encarga de realizar grabaciones de voz, como base para un registro de emociones humanas, siendo está, objeto de la máxima dedicación profesional y técnica, para catalogar todo lo que pretendían exterminar.
Buscan la pureza de la voz aria, y al unísono, el efecto de determinadas puestas en escena, para el montaje técnico de las grandes concentraciones del régimen. Torturan cualquier naturaleza hasta que vomite sus secretos, ya sea las voces de los heridos y agonizantes en el frente o en las sesiones de castigo, y participan en los más terroríficos experimentos médicos, con tal de que sus discos recojan, los más exactos tonos de una voz en los límites del dolor, el poder, el miedo o la inocencia...
El secuestro de la voz permite la manipulación de la identidad, como en el caso de la ventriloquia, o en el de la máquina de la verdad, la cual, además de otras variables, mide los matices de la voz a fin de observar si el sujeto "miente".
Su archivo busca la colección definitiva y en realidad la última identificación posible.
Es una literatura de los sentidos, que estudia su determinante poder sobre toda la percepción humana de la realidad, reconstruyendo los métodos agitadores de los nacionalsocialistas.
Marcel Beyer (Tailfingen, 1965) una de las mayores revelaciones de la literatura alemana actual, vive en Dresde donde trabaja como editor y crítico de literatura y música. Es autor de las novelas El técnico de sonido (1995) y Espías (2000) y libros de poesía como Comida Falsa (1997) y Geografía (2002).
Un complemento a esta novela es un largo documental que se llama el experimento Goebbels, diario de un nazi, de Lutz Hachmeister.
Carlos Lombas