Creo que el mundo sería mucho más aburrido sin nuestras contradicciones. A mi las mías me hacen pasar muy buenos ratos, entre los que incluyo lo propósitos de enmienda. Pensar en remediar algunas de esas contradicciones es como lanzarse a un año nuevo pero en plan semanal o incluso diario. ¡No hay quien escape a la educación religiosa y a estos miles de años de ambiente judeocristiano!
Pero se me ha venido a la cabeza el asunto de las contradicciones por una cuestión menos personal. Resulta que en pleno avance de lo digital, de los dispositivos de lectura, de la "tinta electrónica" y de las comunidades de internautas, vivimos en Madrid un renacer, como nunca he conocido, de las librerías. Lo que antes me hacía crecer los dientes de envidia cuando iba a París, Londres, Berlín, Buenos Aires o Nueva York, esos negocios montados desde el capricho lector, con una selección especial, un ambiente atractivo, pensado para que después, o antes, de comprar te sientes un rato a charlar o leer y te tomes algo, abundan ahora en Madrid.
Además, como esta primavera librera tiene que convivir, más allá de la ciberescena, con esta crisis económica que nos acompaña, algunos de estos nuevos negocios organizan actividades para animar a las visitas.
Me ha gustado el proyecto que, en esa línea, han planteado desde La Buena Vida. En esta librería no sólo te puedes tomar un buen vino, charlar o consultar sabrosas novedades de cómic, poesía, ensayo o novela, sino que además puedes participar en tertulias, recitales de poesía o presentaciones de libros.
La BuenaVida-Café del Libro está en la calle Vergara, 10 (28013 Madrid) y abre todos los días o de 12:00 a 24:00. Entre sus últimas propuestas me han llamado la atención dos que quiero compartir con vosotros.
La primera es un Club de Lectura para jóvenes de entre 14 y 17 años, la edad en la que estadísticamente, más adolescentes dejan de leer (¡quién dijo miedo!). Han escogido títulos que, en principio, no fueron escritos para esta edad, pero que consideran que pueden ser muy enriquecedores y servir de entrada a la literatura adulta. Las reuniones se celebran una vez al mes los sábados a las 16:00 horas para que sean compatibles con actividades deportivas del sábado por la mañana, salir con los amigos después de la sesión, etc.
El segundo reto es igual de difícil e igual de bonito. Un Club de Lectura para personas mayores que empiezan a tener dificultad en leer libros por el tamaño de la letra :Lectura +. En este caso, han escogido un selecto grupo de títulos de diferentes temas y géneros pero todos ellos en ediciones con letra especialmente grande. Las sesiones tienen lugar una vez al mes los viernes a las 12:00 horas.
Pero La Buena Vida no es un caso aislado. En esta primavera librera que vivimos en Madrid hay que contar con Eléctrico ardor, la Fugitiva, Tres Rosas amarillas, entre otras muchas que espero vayan saliendo en Sinololeonolocreo.
Me producen mucha admiración todas estas personas emprendedoras que se lanzan a montar un negocio como este en un momento tan duro de crisis. Y la mejor manera que tengo de apoyarles es visitar esas librerías y caer en otra de mis muchas contradicciones. Justo cuando menos tiempo tengo para leer no paro de comprar libros. Mientras pienso en qué dispositivo electrónico me voy a comprar (está al caer) sigo llenando las paredes y mesas de mi casa con libros. Estoy de acuerdo en que es momento de poner un poco de freno a tanto consumo… ¡Pero cuando compro libros me parece que tengo dispensa y que eso no cuenta!