Había pasado por delante del quiosco y entrevisto su título (La certeza absoluta y otras ficciones), así como ojeado la tapa posterior (La estadística ha sido descrita como la práctica de “torturar a los números para que confiesen”); pero no tenía tiempo para leerlo. No sé qué innombrables expectativas me sugerían ambas cosas (¿desenmascararía a quienes nos consideran inteligentes ciudadanos y se empeñan constantemente en engañarnos? ¿Descubriría los grandes fraudes habidos a lo largo de la historia? ¿…?) que acabé por comprarlo días después y encontrar la adecuada disculpa práctica para leerlo. Las expectativas, por supuesto, no se cumplieron; pero quedaron al descubierto otras interesantes posibilidades.

De una manera amena Pere Grima nos va adentrando en algunas de las claves de la estadística descriptiva y las probabilidades. La media, la mediana, la moda, el rango, la varianza, la desviación típica, los cuartiles, los percentiles, las diferentes distribuciones, el coeficiente de correlación, el p-valor... irán siendo desvelados de una manera sencilla. Acompañados de anécdotas sobre determinados autores clave, de ejemplos históricos ilustrativos, de consejos para hallar los resultados por nosotros mismos con la hoja de cálculo Excel, de afirmaciones que buscan sorprender (el tamaño de la muestra casi no depende del tamaño de la población), de enunciados de apartados atrayentes y explicativos (conocer el todo mirando una parte) o preguntas y demostraciones que atraen nuestra atención: por qué cometen menos falta de ortografía los niños con los pies más grandes, si sirven las aspirinas para que las flores duren más, si aguantan más las pilas más caras, qué probabilidad hay de que salga la misma combinación (o número) en una lotería o cómo estimar el número de taxis que hay en una ciudad en unos 10 minutos de observación.

También la satisfacción de encontrar respaldo a algunas ideas defendidas o utilizadas como recurso en distintos ámbitos: la media de las medias no es la media del total, no se pueden superponer gráficos con escalas diferentes con la intención de compararlos, el valor en el origen de coordenadas debe ser 0 para dar una imagen real de las magnitudes representadas, por qué no sirven determinadas encuestas o muestras concretas, la forma de hacer las preguntas influye en las respuestas... 

Lo acompaña de imágenes o gráficos muy claros. Como ejemplos, el que muestra el concepto de intervalo de confianza, el esquema para obtener la mediana y los cuartiles en un conjunto de datos o los dibujos sucesivos que explican cómo contar los peces que hay en un lago. 

En resumen, nos hace más atractivo adentrarnos en un mundo al que muchas veces somos reacios; pero con el que debemos convivir si queremos responder adecuadamente en nuestro ámbito bibliotecario. 

Por último, comentar que forma parte de una colección (El mundo es matemático: fijarse en resultados muy relevantes) donde se pueden encontrar títulos tan sugerentes como Ideas fugaces, teoremas eternos: grandes problemas de las matemáticas, La poesía de los números: el rol de la belleza en matemáticas o Matemáticos, espías y piratas informáticos: codificación y criptografía.