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Donde el río nos lleve

Isabel Gutiérrez Sánchez 18 de Mayo de 2009 a las 10:36 h

Siempre me ha fascinado la capacidad de análisis social que tienen muchos de los escritores de ciencia-ficción y fantasía. Todos nos acordamos de Aldous Huxley y su mundo feliz y de varias de las obras de Bradbury o Zamiatin; pues siguiendo esa estela traigo a colación una tetralogía maravillosa, no muy conocida en España: Otherland de Tad Williams, compuesta por: la ciudad de la sombra dorada, el río de fuego azul, la montaña de cristal negro y el mar de luz plateada.

Tad Williams es uno de los escritores de fantasía y ciencia-ficción más valorados por los lectores en los últimos veinte años, obras como la deliciosa Canción de Cazarrabo, la vibrante Añoranzas y pesares, entre otras, son best-sellers en muchos países, pero sin duda, para mí, su obra maestra es Otherland, que no fue muy bien recibida en España por su originalidad. Los lectores querían otra saga épica fantástico-medieval divertida y trepidante, y tachán tachán ¿qué se encontraron? Una gran novela río que sucede en los primeros decenios del siglo XXI en una sociedad globalizada, injusta, tecnificada y miserable, nada complaciente con los distintos entornos en los que se desarrolla ni con los personajes, lo que hace que sea mucho más real y cercano a nuestra experiencia. Precisamente, la sociedad que crea a Otherland es la misma que la nuestra, pero dada una vuelta más de tuerca: cacerías de niños de la calle en barrios marginales de París, macro corporaciones todo poderosas que manejan los hilos del poder a conveniencia, grandes masas paupérrimas en las megalópolis, con minorías adineradas y atrincheradas en sus barrios, y lo más característico un mundo de realidad virtual más real que la propia vida donde se mueven el dinero, el poder, el ocio, etc.

La acción tiene varias tramas paralelas, que terminan confluyendo al final, y que sirven de excusa para ilustrar los diferentes ambientes sociales y la complejidad de los mundos virtuales. La trama principal se origina porque hay una extraña enfermedad que hace que los niños que visitan determinados sitios de la red entren en coma irreversible sin motivo, aparente, y sin curación. Esta situación hace que un grupo de parientes y amigos, al visitar el último lugar en el que los niños entraron, queden atrapados en el mundo virtual (Otherland), que de paso quiere eliminarlos por ser un peligro para su subsistencia.

Otherland es un mundo que gira alrededor de un río sin fin que es el medio de comunicación de una ambientación a otra. Estas ambientaciones están creadas por una persona adinerada basándose en sus deseos y en sus obras literarias favoritas, desde el Mago de Oz, el Marte de Edgard Rice Buroughs, comics de los años 50, la Odisea, la Iliada, el antiguo Egipto, la civilización maya, la Venecia del siglo XV y otras muchas. Un mundo plagado de homenajes y visitas a los clásicos literarios de todas las épocas y a los grandes referentes culturales del propio Tad Williams. Los personajes que viajan por el río son los protagonistas, un grupo de personajes dispares: una profesora de universidad sudafricana, un cartero jubilado, un pandillero, un bosquimano, una madre soltera, entre otros, que lo único que tienen en común es querer averiguar porqué los niños quedan atrapados, con lo que son compañeros de viaje pero no necesariamente amigos.

Las otras tramas suceden en el mundo real y sirven de contraposición para ver las diferencias entre el mundo fantástico de Otherland y la realidad. Destacan dos policías australianos que investigan asesinatos en serie, una niña que ayuda a un viejo en arresto domiciliario; una mujer madura que trabaja como payaso virtual del programa infantil más famoso, origen de una gran franquicia, que abandona su trabajo tras sentir grandes dolores y darse cuenta que pasa algo raro que repercute en los niños que forman su audiencia; el padre de Reny, la profesora de universidad, que es el vehículo para describir los problemas raciales y de clase y otras subtramas que sirven de contextualización para las historias principales.

Lo que hace que Otherland sea verosímil es la precisión del estilo y la cuidada construcción de todos los personajes, con defectos y alguna virtud, con caracteres propios, interacciones problemáticas, con dudas y con formas de expresión propias que dan realismo a cada uno de ellos. Además, destaca los toques de humor negro que salpimientan la narración y los diálogos llenando la novela de socarronería.

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