Cuando vi que Fernando Trueba se lo regalaba a Thais Villas afirmando que contenía buenas historias, me lo apunté en la memoria y acabé leyéndolo frente a las olas del Mediterráneo en época de poca humanidad en las playas.

El título hace referencia al final de una frase de Hawthorne en que reinvindica el mestizaje: Tierra desacostumbrada. La obra recoge 8 historias (tres de ellas con los mismos protagonistas principales) en las que se contrastan las experiencias vitales de emigrantes hindúes en EE.UU. con las de sus hijos, que han construido su existencia en un país diferente al de sus padres y se han unido a los nativos del lugar. O bien cuentan las de los hijos, que reflexionan sobre lo que en distintos momentos les supuso poder conjugar ambos mundos.

Jhumpa Lahiri escribe muy bien, combinado diferentes tipos de historia en los que va desvelando elementos constitutivos de las costumbres bengalíes, de las estadounidenses y del simple o complejo pasar por la vida: viudo que rehace su vida e hija que vive en pareja con un hijo pequeño, familia que acoge a otra y vuelven a encontrarse tras el paso del tiempo con una enfermedad incurable añadida, mujer que se enamora de compatriota sin ser correspondida, pareja que acude a la boda de unos amigos...

Hay que matizar que las familias retratadas, tal vez con alguna excepción, tienen un alto nivel social al menos en la tierra de la que proceden ya que la mayor parte son científicos o médicos reputados en universidades estadounidenses, viajan con cierta frecuencia a su país de origen o tienen la posibilidad de hacerlo (algunos regresan definitivamente): no se trata por tanto de los emigrantes que malviven en el lugar de destino.

A pesar de los personajes escogidos, de cómo se cuentan las historias, de que lo que afirmamos no se extiende a todos los casos... tenemos una sensación de desapego similar a la que mencionábamos hablando de Libertad, y creo que no se debe tanto al contraste con la posible extrañeza de las costumbres hindúes, supuestamente más lejanas a nosotros; sino más bien al regusto de la sociedad estadounidense.