Madrid, Ediciones Vitruvio, 2013
El título no es una provocación, es una constatación: las señoras se comportan a menudo como caballeros y haberlos haylos caballeros que se comportan como señoras. No es lo mismo sexo que género. Le diferenciación macho y hembra, hombre o mujer es psicobiológica. Masculino y femenino es psicología social, como lo es señora y caballero. En China y en Japón la representación de un personaje divino puede cambiar de sexo y de genero a gusto del fundador o de los feligreses del templo. Son figuras míticas a la hora del culto. Yoshua en hebreo, Jesús en griego (y en español) es un nombre de hombre, pero Cristo es un concepto, y puede ser masculino o femenino. El meollo de este poemario está ahí, el género como estatuto de identidad, distinto del sexo. De ahí la multitud de circunstancias que se pregonan en los poemas. La lírica es elogio.
Nuestra señora emparejada
El más grave error de quien olvida
es creer que el olvidado hará lo mismo.
Antonio Daganzo, Que en limpidez se encuentre
Diez años viviendo juntos amor mío
y sabes a menudo acabar mis frases,
días y días consumiendo cervezas
y sabes la que me agrada más que a ti.
Me gustan las ropas que visto a tu gusto
y todavía no sé dónde se guardan,
en alguna parte está esa camisa
que se esconde de mi, que me torea
para que tú te levantes y sonrías
y me entren muchas ganas de besarte
y mis dedos aprendan donde está
aquello que quiero antes de vestirme:
es un placer preguntarte para verte
y oírte decir que soy un despistado.
Nuestra señora de los buenos días
El caballero era una mujer cabalgando una
hembra.
Mado Martínez, El caballero afrodita.
Está embebida en el chorro de luz
a primera hora de la mañana
sin atragantarse, de puro gozo
en cada sorbo radiante de sombras
que se desvanecen si pestañea.
De repente, un sobresalto, su hijo
las contempla de tú a tú desnudas,
ella y su amante, mujer cariñosa,
ella, la madre, que tiene delante
un mirón que la seduce al besarla,
un mirón que quiere entrar en el lecho,
meterse en medio con una sonrisa
de pillo chiquillo que quiere ser
el chaval que retoce con las dos.
Nuestra señora la buscona
Viene
sola,
bebe
vodka,
siempre
chula
es la
boa,
mucha
bulla
mucha
coña
tente
tiesos
pati
tiesos
tienen
bula
es la
hostia
caran
toñas
ale
luyas
esta
bruja
es su
diosa.
Nuestra señora al volante
La brisa
mantea
campea
sin prisas
con pases
de lluvia
las curvas
mortales
borracha
conduce
de golpe
se hunde
la chapa
del coche
la grúa
la morgue
chivata
la sangre
querubes
campanas
casullas
tacones.
Nuestra señora de los toreros
Cada vez que alguien me habla de toros
veo una niña llorar en la plaza,
es un espectáculo para adultos
y allí estaba ella, es... española.
En la puerta de toriles, mugidos
y muchos bufidos por los tendidos,
brama el gentío al oler sangre fresca
llora la niña y sonríen sus padres.
Suenan clarines y rajan la tarde,
suenan clarines y excitan la fiesta.
El torero vislumbra entre los cuernos
que está a punto de cometerse un crimen,
revolotean los pañuelos blancos
y un clamor de aplausos por muerte súbita.
Nuestra señora es divina
Y es que solo la carne.
nos libera de la divinidad
Rei Berroa, Libro de los fragmentos
¿Dónde está el panteón de los dioses muertos?
Ningún sacerdote les hizo el responso,
ningún mausoleo menciona sus nombres
Las gracias dió Abassi, Ah Puch, Aidós,
Amón, Anubis, Apis, Atón, Aunra, Baal,
Bastet, Belona, Chac, Chiuta, Cinxia, Deng,
Erelus, Fortuna, Himeneo, Huitzilopochtil,
Isis, Ishtar, Itzamná, Ixtab, Kalunga, Laverna,
Leza, Makemba, Mercurio, Mictlan, Minerva,
Mithras, Moloch, Naenia, Neptuno, Odín,
Osiris, Plutón, Quetzatcoatl, Robigus, Saranik,
Tot, Vulcano, Wotan, Xochipilli, Yaso y Zeus.
Tuvieron altares, honores, cadáveres...
Sólo los echan de menos los lectores.
Nuestra señora se ha caído del guindo
¡Que caiga España
que ya la levantaremos nosotros!
Cristóbal Montoro a Ana Oramas
Parlamento Español, Mayo 2010.
De Troya es la historia que es de España,
de siempre es la gente que vende bulas,
la ilusión de ir al cielo por un atajo,
la ilusión de una deuda impagable en tu casa.
Lo sabían en el Banco de España y lo olvidaron,
el día del Juicio Final las deudas se pagan,
el Lazarillo de Tormes en el Congreso de los Diputados,
pasó tanta hambre que quiere que otros la pasen.
Las bancarrotas de Felipe II legendarias,
el oro llegaba y salía, nada sabía de números,
el que sabe de números es el banquero,
el ministro que vendía hipotecas basura a granel.
¿Dónde estará el condenado por desconfiado?
En el Palacio de La Moncloa no está ni se le espera.
Nuestra señora del calvario
¡Quítate el pañuelo
de sembrar mentirosas!
Laura Cancho
Acabas de llorar,
es lo que sabes
hacer a gusto
y dar la nota
dando un portazo
de campanario,
con una cruz a cuestas
que te encontraste
porque te gusta
lagrimear a solas
en el calvario
de tus caprichos,
hecha un Cristo Viviente
ser tu propia Verónica.
Nuestra señora la bien aparecida
Tenemos enfermedades de viejos
aunque somos jóvenes.
José Elgarresta, El sacerdote invierno
Atolondra la noche la sirena
de la ambulancia, agita las almohadas,
agita las entrañas, las dolencias
que roncan al acecho entre las sábanas,
que arropan al enfermo en la camilla,
doliente a los pies de la celadora,
de urgencias de ronda en la ventanilla,
abierta está las veinticuatro horas.
Queda el paciente a merced de las manos
que palpan y descubren el origen
y las consecuencias de haber mamado
por amor, y vivir como se vive
las horas seguidas sin un respiro:
futuro imperfecto e indicativo.