Se rompe un sueño y como siempre
recoge los trozos en su memoria,
añicos que han de perderse con el tiempo,
a pesar de la obsesión lacerante de un porqué
con el que asiste a su propia muerte,
un zombi que camina sin rumbo, sin ganas,
perdido.
C
a
e
r
en el sinsentido, ya no ser
más que este dolor
e
n
e
l
p
r
e
c
i
p
i
c
i
o.