Paso de América, s.p.e., Madrid, 1987.
Introducción
He residido años en varios países americanos, entre 1959 y 1975. Y siempre estuve convencido de que la feliz circunstancia de esas residencias ¾a lo largo de mi trabajo con los Ateneos fundados en Colombia y Chile¾ debía tener un eco agradecido en mi poesía. Al menos, por los dos hijos que en América tuve, Elena María en Colombia y Juan Alberto en Chile, y los muchos amigos que allí encontré.
Con motivo de los viajes que hicimos Angela y yo a siete u ocho de los países americanos desde 1985, quise preparar un poemario, cuyo título sería "Paso Grande de América"; los cinco primeros poemas figuran en esta plaqueta.
Nunca completé ese poemario. Pero en esta edición, en Fuera del papel (precisamente, nunca publicado más que en esta edición digital), el curioso lector encontrará otros poemas que a América he dedicado, hasta diecinueve de ellos.
No es, desde luego, lo previsto. Que me perdonen mis amigos americanos.
(En Última Puerta del Silencio, de 2010, intento remediar algo de esa carencia)
Paso de los Andes
(1987)
Puro Chile...(del himno nacional)
No alcanza aquí el rencor, en la serena
sombra del Aconcagua. Más cautiva
la luz cuando más nueva. Monte arriba,
el grito del guanaco y de la quena.
¡Alto sendero de la Luna llena
que ensancha el corazón! A la deriva,
muy cerca del azul. Un sol que priva
de venenos, que rompe la cadena.
Ya no somos ayer; si acaso, lumbre
que duerme, fruto blanco, ternedumbre.
¡Qué alejados del mal, de esos pequeños
prejuicios, de las dudas! A poniente,
Chile puro, sangrante, nube ardiente.
Allí esperan amigos, mar y sueños.