Relato corto fantástico sobre la suciedad
En la casa había un hedor cada día más insoportable, un olor nauseabundo que provenía del sumidero del fregadero de la cocina. El inquilino imaginaba que había que realizar un desatasco para que todo volviera a la normalidad. Bajó a comprar a la droguería un producto químico, que, cuando lo usó, no sirvió para nada. Los desatascos pueden ser complejos cuando se unen en las tuberías masas de sustancias aceitosas, de origen orgánico… El inquilino pensó que debía de tratarse de una acumulación de residuos orgánicos, alimentos que habían ido cayendo poco a poco hasta formar un tapón hediondo y apestoso. Era tiempo de poner manos a la obra, pero ¿qué hacer? Llamar a una empresa de desatascos era quizá la mejor posibilidad, pero antes de que le diera tiempo a hacerlo, cucarachas empezaron a surgir del sumidero, primero unas pocas… luego por decenas, hasta que finalmente ocuparon la casa y se comieron al inquilino.