Ya no.
Ni siquiera los agudos toques bitonales de aviso prematuro para antiaéreos. Para bombardeos. Para cortinas de humo y cenizas que transforman los pequeños callejones del casco antiguo en distancias kilométricas.
Ya no.
¿Dónde están esas voces de galena?
Prendí la radio, pero esta vez se encendió el aire.
PUBLICADO EN: Prendí la Radio y se Encendió el Aire. 25 años de Radio Universidad Calf >> 2017: Argentina.