XXIV Premio Juan Bernier
Córdoba, Ateneo de Córdoba, 2009.
Reseñas y artículos dedicados al libro:
- Apuleyo Soto, "Mi señor Silente", El Adelantado de Segovia, 18 de mayo de 2009, p. 2
- Aurelio Labajo, Balance y Perspectiva, nº 96, julio-septiembre de 2009, p. 26.
APÉNDICE
Silentium amoris
Poema dolorido en tres sonetos y treinta y siete endecasílabos blancos, escrito por Jacobo Sadness según la tercera lección de retórica de su maestro Antero Freire
We outgrow love, like other thinks.
Emily Dickinson
I. Declaración
1
En el silencio forjo la alambrada
que estrecha los dominios de mi herida,
y mi silencio cierra la salida
que busca mi canción amordazada.
En mi silencio encuentra su morada
mi voz perpetuamente enmudecida,
y es sólo mi silencio quien embrida
el vuelo de mi angustia desbocada.
En mi silencio duerme mi secreto.
A mi silencio debo cuanto ignoras.
Con mi silencio aliento la distancia.
Al yugo del silencio me someto
y mientras corre el río de las horas
a mi silencio fío mi constancia.
2
De todo lo que callo se desprende
lo que el dolor comparte con mi espera:
hielo que no se funde en primavera,
misterio que el silencio solo entiende.
Y este silencio frío que se extiende
sobre los surcos de mi sementera,
me lleva a naufragar, y en tu ribera
el faro de tu amor no se me enciende.
Mi voz y mi silencio se confunden
en esta tempestad de lluvia amarga
que un día hirió mi alma con tu rayo.
Y sobre estos cimientos que se hunden
ya no soporto el lastre de mi carga
de tanto como pesa lo que callo.
y 3
Porque el silencio impone su condena
tú nunca oirás la voz de enamorado
que late en este aliento encarcelado,
porque un silencio triste la cercena.
Podrá más mi silencio que esta pena
ahogada en el fragor de un mar callado,
y a mi silencio mismo encadenado
veré morir mis olas en tu arena.
No espero que haya un cielo que se abra.
Mi amor teje las redes de su olvido
oculto en el silencio que lo labra.
El peso del silencio habrá vencido:
yo nunca te habré dicho una palabra
y tú nunca sabrás que te he querido.
II. Epílogo
1
En donde declara el mundo que ha creado en el silencio
Te dibujé un planeta de silencio
con mares de palabras prisioneras.
Hice nacer montañas, continentes,
con la materia leve de tu sombra
y te tomé prestado algún ensueño
para trazar el mapa de tu ausencia.
Para celar tu nombre en mi secreto
disimulé mis versos y mis pasos
y levanté una casa a tu medida
donde esperé que tú nunga llegases.
No dije nada a nadie. Nada a nadie.
Borré todas las pistas y mis huellas.
Hice un mundo sin ti sin dejar rastro
para guardar tu voz y tu memoria
y me quedé a vivir, callado y solo,
en un mundo sin ti y sin tú saberlo.
y 2
En donde repite la palabra que expresa su única certeza
Cuando te vayas, cuando yo me vaya,
ya no querré volver nunca los ojos
a todo lo que nunca hicimos nuestro.
Sólo me esperará un vacío enorme
de frío, de silencio y de distancia,
y estas heridas agrias que se abrieron
por todo lo que tú nunca supiste
porque murió en palabras nunca dichas.
Cuando me vaya, o cuando tú te vayas
(pues uno de los dos ha de marcharse),
te buscaré en el hueco de mis manos
que nunca te abrazaron, resignadas,
y los poemas que nunca leíste
se morirán callados en tu olvido.
El día que te vayas o me vaya
(sé que uno de los dos se irá algún día)
sólo me quedará seguir tu huella
y regresar sin ti, llevando nada,
por un camino hacia ningún camino.
Y ya nunca será lo que no ha sido,
y todas las palabras serán nunca.