Se encontraba ante el secreto de filósofos principios,
las agujas marcando la hora de brujas.
Una mirada distante, ante la sospecha de las sombras,
gotas que calaban su alma
hasta infernales profundidades.
Creyó divisar el espectro de sus miedos,
un reflejo tan claro y a la vez tan seco.
La aguja seguía girando al igual que el pensamiento.
Unos ojos quebrados como piedras,
recaían en el pulpo de sus sueños.
Sumergió su mano en lo emergente, esa
desconocida sustancia pegajosa de reflejos.
Poseerla. Esa sensación de posesión descomunada,
cáscaras de nuez que mascaban sufrimiento.
Sus ojos, en el fondo del abismo.
Sus brazos, plumas secas, se rindieron.
Extendió, poco a poco, sus piernas , dejando
en el suspenso las palabras silenciadas.
Ahora, volaba por los cielos como
los cuervos nadaban los ríos negros.
Sintíose muerta entre las vidas presas,
adormecida consciencia entre recuerdos.
Vienen , van , vienen y van .
Acosos enfermizos del deseo sexual,
acuerdos terranales de Satanás.
Ahora todo es azul. Sin respirar,
avanza hacia el caminante marítimo
amigo mío, encapuchado enemigo encuentra.
Sigue moviendo los brazos tal vez, mañana,
llegue a abrazarte con positivas energías.
Mojado amor entre burbujas ,
no llega a divisarte. Allí ,
leve entre las brumas del virus social.
Velos, puertas, ventanas; libre ...
vuela entre el líquido transparente.
Abrió las persianas humanas que , sin
querer, observaba el mundo. Paso a paso,
mariposa a mariposa , ¿le alcanzó?
Es intocable, inexistente, inalcanzable...
Poco a poco, ella viviendo, muere.
Flotante cuerpo parado en la atmósfera,
luchando entre bestias convertidos
en recuerdos nostálgicos. Amor, profundidades
que se ahogan en su muralla.
Sol, tus rayos no llegan a esta soledad.
Poseidón ha olvidado su trato de resurreción.
Más ausente que presente,
su tridente, dejó semillas que no crecen.
Ella lucha, sigue luchando,
por razones que nadie sabe.
Ahí estás bastardo, la manzana ausente.
¡Empújale hasta el fondo para herir más fuerte!
Y el agua...sigue su cauce.
Vanora Miranda