Equivocado estaba el César,
al despertar el cuento de la espada
el caballo y el Imperio.
Así, vosotros, Césares,
encauzando la palabra
a la sombra de la verdad,
transformando la perversa animación
de tiránicos Emperadores
en caminos llenos de mariposas.
¡Bastardos! ¡Infieles!
¿Qué es entonces la poesía?
El dolor, infieles, el dolor
es la poesía.
La ansiedad de las horas intranquilas,
la infelicidad de la esclavitud,
las franjas que nos retienen
de escribir la pluma real.
¡Bastardos! ¡Infieles!
Emperadores en tronos de reyes,
bañados en laureles,
la poesía no es privada
es la colección de imágenes
desesperadas en la retina humana.
Abrigos de gritos enjaulados,
pañuelos en las noches lluviosas,
entendimiento de amores inconsolados;
Sangre incolora transportada al papel.
¡Snobs! ¡ Alcohólicos dela felicidad!
¿Dónde se esconde ahora la risa
en la hambruna castellana?
¡Insensatos! ¡Cobardes!
Las llanuras lejanas gritan más
con sus voces enterradas.
Utilizar el arte para ser libres
no para encadenaros cada vez más.
¡ Alcohólicos del Capital!
¡Luchad! ¡LUCHAD!
Hijos del absolutismo,
levantad la voz de verdad,
por una vez , que hasta Dios escuche.
Que tiemble el pilar o la mayúscula
de la palabra justicia...
Luchad, luchad para que la palabra
sea la única fuerza.
¡Levantad, hijos del Capital!
Hipócritas de las letras,
docentes del miedo,
aprendices de lo "único",
militares uniformados,
muñecos de trapo,
cultos del dinero,
amigos del apadrinamiento,
y , con el tiempo,
asesinados Césares.
Vanora Miranda