el corazón en plena siembra canícula pertenecía a los titanes
un estado climático sin espacio en telediarios
un prostíbulo de sátiros cabreados y enfurecidos
se cernía en los Pirineos la dictadura del régimen de nieve
no hay cueva capaz de soñar el aceite en hombre
los ovillos de lana llevan sus promesas a las lámparas
raza impía que galardona su legado con cementerios
el azul se expande en la garganta
la manzana de la discordia se presencia en sueños
la zapatilla de la tía Luisa con el cadáver de la cucaracha
las miradas juiciosa de los que dicen conocerte
las lágrimas alemanas con una estela drogadicta
el chupete tricolor en la vitrina olímpica
nadie creyó tu versión de los hechos...
y luego se sorprenderán de por qué no lloraste su ida
esa tía Luisa que no vio tu prueba de amor
al preguntarle quién heredaría su casa en su muerte
esa puta vieja infiel
protagonista de un estado anímico indiscriptible
le diste mi chupete a quién vendió su vida a la droga
y ahora sólo me importa liberar mi espíritu
enterrando fantasmas y ninfas.
Vanora Miranda