Maldito el día que dés con tu Diablo
soy yo la que se apiada de ti
de tu locura, de tu locuaz gorrión
de los cuervos que se posan en mi boca
de las vidrieras de las catedrales
los tengo todos aquí: en mi garganta
gárgolas fétidas martilleando con su piedra
Munch como pestillo de mi lengua
darás con una mujer peligrosa
no voy a contentarme con una bajeza en los anales de la historia
ni con que me escribas siendo el mismísimo Hércules
en plena contemplación de sus hazañas
ni se te ocurra enumerar tu curriculum heróico
más dolerá si enumero yo mi mármol indestructible
darás con una mujer peligrosa
de las que crean gigantes con los molinos de viento
de las que ven más allá de la velocidad de la luz
de las que ven dragones en los contenedores
de las que no cesan de beber y beber y beber
de las que no pueden contentarse con ser simple Medea
darás con una mujer peligrosa
insaciable, hostil, despiadada en pensamiento
cómplice Del Bosco en los salones de té
el día de Mercurio limba las alondras de la Alhambra
coge al Golem como el fusil, lo quema,
gallarda como el avestruz, pura pluma,
darás con una mujer peligrosa
de las que apestan a tabaco y lignina
de las que suben al cielo para amamantar la Vía Láctea
de las que con la tempestad y la guerra hacen crisálida
de las que atrapan Yajuris por el pescuezo
de las que sobreviven a la tumba del ultrahombre
darás, darás, darás
darás con una mujer peligrosa
Vanora Miranda