La novela muestra la falta de adaptación propiciada por algo insalvable, la castración física. Esta castración puede simbolizar esa falta de machismo en el personaje (Pichula Cuéllar), rasgo que caracteriza esta sociedad retratada. Cuéllar, sin embargo, nunca rechaza este machismo, si no que intenta adaptarse a él, aún sabiendo que no puede. Puede tomarse, pues, como una crítica a la presión que la sociedad ejerce sobre el individuo diferente. La pandilla de amigos (que representa la sociedad), le aceptan, le toleran, pero cuando se hacen mayores y su rebeldía cesa, se apartan de él. Los padres del chico son también parte de esta sociedad. No facilitan el camino a su propio hijo, no le incitan a la autorreflexión, ni reflexionan ellos, tan solo se compadecen, e intentan ocultar el problema. Hay, entonces, también, una crítica personal muy fuerte. Lo que realmente causa la infelicidad de Cuéllar, su malestar, su conducta, es su falta de reflexión y conocimiento de sí mismo. Cuéllar no se acepta, mantiene en completo silencio su problema, intenta seguir los cánones del grupo, que nunca podrá seguir plenamente por su castración.
"... y ya había vuelto a Miraflores, más loco que nunca, y ya se había matado, yendo al norte, ¿como?, en un choque, ¿donde?, en las traicioneras curvas de Pasamayo, pobre, decíamos en el entierro, cuánto sufrió qué vida tuvo, pero este final es un hecho que se lo buscó."
"Si tuviera que salvar del fuego una sola de las novelas que he escrito, salvaría ésta" MVLL
Unas cuantas cervezas y un río de palabras en libertad para responder a la palabra amordazada por la dictadura."
Historias cruzadas, diálogos inteligentes y una mirada profunda a toda la «maquinaria de corrupción» que crea la dictadura, la desidia de los dirigentes, la impotencia de los ciudadanos cuando carecen de cultura democrática y ven como una masa adormecida (el pueblo) acepta como normales actitudes abominables de la clase política, son en la novela magistralmente retratados con un estilo y unas técnicas que serán, quizá, la máxima expresión del escritor peruano."Conversación en La Catedral" es una visión de la sociedad peruana durante la dictadura del general Manuel Odría, los años cincuenta, época en que el Perú estaba marcado por la corrupción, inmoralidad, discriminación, prejuicios sociales y raciales, etc.
‘'La historia de Mayta es incomprensible separada de su tiempo y lugar, aquellos años en que, en América Latina, se hizo religión la idea, entre impacientes, aventureros e idealistas (yo fui uno de ellos), de que la libertad y la justicia se alcanzarían a tiros de fusil''
La novela, más allá de la búsqueda de la identidad real de Mayta, pretende indagar en la violencia como ingrediente esencial de la historia del Perú.
La historia refleja "los turbios mecanismos de la lucha política, el delirio ideológico de un visionario que es, al mismo tiempo, producto de unas lamentables circunstancias sociales y económicas, su atroz pero a la vez conmovedora peripecia personal -homosexual vergonzante- que se inscribe en un contexto histórico doloroso y desgarrado"
"No podemos permitir que la España democrática, moderna y europea, se convierta en la puta triste de Fidel"
En la selección de ensayos que compone este volumen, recogidos por Carlos Granés, se ve reflejado el recorrido intelectual del escritor y se analizan todos los grandes acontecimientos que han marcado la historia reciente de América Latina.
Este libro reúne lo más selecto de su labor como analista político preocupado tanto por los grandes acontecimientos de alcance histórico como por los sucesos de actualidad cargados de significado.
Es una selección de los artículos de El País (y publicaciones afiliadas de Europa y América) entre 1990 y 1994, de carácter político.
"Si fray Bartolomé de las Casas hubiera tenido en cuenta los intereses de su patria o su monarca a la hora de decir su verdad sobre las iniquidades de la conquista y colonización de América no habría escrito aquellas denuncias ... Pero para él, típico moralista de convicción, la verdad era más importante que el imperio español."
«Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias.»
La obra del escritor peruano se sustenta en numerosos acontecimientos personales que transcurrieron en su juventud. La difícil relación con un padre duro y violento, el nacimiento de la vocación de escritor como oposición a esa autoridad, los años del colegio militar Leoncio Prado, la precoz vida bohemia, la precipitada boda con «la tía Julia» o la existencia real de «La casa verde».