La Biblioteca histórica '"Marqués de Valdecilla" de la Universidad Complutense (Calle Noviciado, número 3) ha organizado una exposición sobre Athanasius Kircher y la ciencia en el siglo XVII. En la exposición se muestran 117 libros, con grabados de gran belleza, pertenecientes a Kircher, a alguno de sus maestros y a sus discípulos. Con esta muestra se pretende poner de manifiesto la contribución de la Compañía de Jesús al avance del conocimiento en un siglo tan complejo como el siglo XVII.
Kircher es uno de los últimos representantes de la figura del sabio del Renacimiento y para muchos, es uno de los primeros científicos. A lo largo de su vida escribió sobre una gran variedad de temas: geología, óptica, astronomía, música, acústica, etc. Es autor de una aritmología, una historia de las religiones y una obra sobre China, que tiene interés histórico por considerarse un primer tratado de sinología en Europa, etc.
Escribió también una obra sobre lógica que se basaba en el Ars Magna de Raimundo Lulio, que en aquellos tiempos era tan admirado en Alemania y Francia. La obra de Kircher Ars Magna Sciendi, comienza explicando la obra luliana y posteriormente añade sus comentarios personales a la obra del mallorquín. Leibniz, en su juventud, fue un admirador del lulismo y de Kircher, aunque posteriormente se separó de muchas de sus concepciones. La exposición se hace eco de ello al incluir una obra de Leibniz.
Kircher se interesó también por el estudio de los jeroglíficos egipcios y contribuyó a restaurar un obelisco que actualmente se encuentra en la Piazza Navona de Roma. Fundó también un Museo de Historia natural en Roma, que se puede considerar como uno de los primeros que existió en Europa.
Kircher nació en un pueblo cercano a Fulda en Alemania, en el año 1602. Se conmemora, por lo tanto, el cuarto centenario de su nacimiento. Su padre poseía una buena biblioteca, lo que le permitiría desde pequeño interesarse por un gran número de temas. En su juventud ingresó en la Compañía de Jesús. Más tarde, fue propuesto para desempeñar el cargo de profesor de matemáticas en la Corte de los Habsburgo, al dejarlo Johannes Kepler. No obstante, el prefirió pasar la mayor parte de su vida en Roma, en el Colegio que los jesuitas tenían en esta ciudad. Ello le permitió estar en contacto con muchos misioneros y recabar información sobre tierras lejanas. Al mismo tiempo, le permitió estudiar en profundidad la ciudad de Roma, a la que dedicó varios libros Los estudios históricos le llevaron también a cuestiones de exégesis bíblica en obras como el Arca de Noé o la Torre de Babel.
Sus investigaciones abarcan temas muy amplios. Algunos le han considerado el padre de la geología moderna por su obra Mundus Subterraneus. Otros han resaltado el valor de su invento de la linterna mágica. Ángel del Campo Francés en La magia de las Meninas (Madrid 1978) sugiere que Velázquez pudo conocer la linterna mágica de Kircher cuando viajó a Roma y argumenta, de forma bastante convincente, que ese instrumento explicaría la aparición de los reyes Felipe IV e Isabel de Borbón en el espejo. Según esta hipótesis el argumento secreto de las Meninas sería el de una sesión de linterna mágica organizada por Velázquez en sus aposentos.
La crítica científica le ha acusado, en ocasiones, de no profundizar demasiado en los temas que trataba. Esta afirmación habría que matizarla, aunque es cierto que su aportación en matemáticas no es excesivamente relevante. Parte de esta aportación se encuentra en su obra Ars Magna lucis et umbrae en la que trata de eclipses, relojes de sol (algunos muy originales), temas de astrología, etc. Tiene también una obra sobre aritmología, subtitulada Historia real y esotérica de los números. Esta obra fue traducida del latín al castellano y publicada en el año 1984. Consta de varias partes. La primera es una historia de los sistemas de numeración empleados por algunos pueblos antiguos. En ella, pone de manifiesto el origen hindú de nuestro actual sistema de numeración y señala la importancia que para la difusión del sistema tuvieron las tablas astronómicas mandadas elaborar por Alfonso X el Sabio. La segunda parte de la obra está dedicada a los cuadrados mágicos. Expone en ella varios cuadrados mágicos explicando posteriormente su construcción matemática. En el resto de la obra explica propiedades místicas de los números que hoy día han perdido gran parte de su interés.
Mª Victoria Veguín Casas
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