Alfonso X, Rey de Castilla. Libros del Saber de Astronomía
[Manuscrito]. Sevilla, 1276-1779 . BH MSS 156
Los reyes han sido importantes coleccionistas de libros y mecenas de las letras y de las artes, por ello existen numerosos testimonios de sus bibliotecas personales. Príncipes, reyes y reinas sucumben a la pasión por el libro y dejan su impronta en las encuadernaciones decoradas con sus armas y monogramas. Escudos, iniciales, letras y cifras se integran en los diseños utilizados por los encuadernadores para las colecciones de manuscritos o impresos, reunidas en palacios y monasterios reales.
En las colecciones reales la encuadernación trasciende su función protectora del contenido del libro, se utilizan como símbolo de poder, de individualidad entendida como un elemento más del lenguaje de la Corte que identifica a la persona y enaltece su biblioteca.
Los monarcas españoles son grandes coleccionistas, sus bibliotecas personales se van enriqueciendo con las aportaciones derivadas de las políticas matrimoniales con las distintas monarquías europeas, lo que beneficiará el desarrollo de las artes decorativas en los libros.
Decisivo es el reinado de Carlos III, durante el cual se llevarán a cabo una serie de reformas y mejoras que afectarán tanto a la imprenta como a las industrias relacionadas.