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La titulación de los textos (Pablo Cazau)

 


Los títulos de un informe científico, al igual que los de un texto literario, son los anfitriones del lector, pausas para descansar, y la primera impresión que se lleva el lector sobre el escrito; pero, sobre todo, son los organizadores primarios de la información en tanto recursos centrales para la comprensión del texto.

Cuando leemos un texto donde los títulos están adecuadamente colocados, su comprensión se nos hace más fácil porque la información está más organizada. Los títulos son recursos que permiten organizar la información tanto al lector como al autor del texto, siempre y cuando, desde ya, unos y otros reconozcan su importancia para tal fin.

A los títulos los denominamos organizadores primarios no sólo porque son los primeros elementos a los que recurre el lector para comprender lo que lee, sino también porque son los que organizan la información en sus partes más genéricas o principales. Los organizadores secundarios, en cambio, son los términos sincategoremáticos o relacionales incluídos en los párrafos: términos sincategoremáticos son aquellos que relacionan ideas, frases, etc., como por ejemplo 'por lo tanto', 'porque', las conjunciones ilativas, las preposiciones, etc.

De lo dicho se desprende que cuando un texto tiene cierta extensión (por ejemplo un libro, un capítulo de un libro, o un artículo), resulta fundamental fragmentarlo. La titulación es el proceso de fragmentación consistente en dividirlo en partes jerárquicas, o simplemente diferentes, mediante el empleo de títulos explícitos o implícitos, con el fin de facilitar al lector la organización y la comprensión de la información recibida.

1. La importancia de los títulos

a) Los títulos ayudan a ubicar al lector en cada parte del texto.- Un título es un anfitrión que invita al lector a entrar en él y recorrer sus diversas partes. En este sentido, la titulación de un artículo es un proceso similar a la señalización vertical de una ruta o de un shopping: cada título es un cartel indicador que muestra al lector dónde está ubicado en el texto, del mismo modo que muestra al conductor su ubicación en la ruta o al visitante su lugar en el centro comercial. Títulos como "Introducción" pueden ser equivalentes a "Entrada", mientras que el "Resumen" puede ser la "Salida" o el plano de la ruta o el shopping.

b) Los títulos son medios para la comprensión del texto que subsumen.- Tómese el lector la molestia de leer el siguiente párrafo:

"En realidad el procedimiento es bastante simple. Primero usted dispone las cosas en grupos diferentes. Naturalmente, una pila puede ser suficiente, dependiendo de cuanto haya que hacer. Si usted tiene que ir a alguna parte debido a la falta de medios, éste sería el siguiente paso, y en caso contrario todo está bien dispuesto. Es importante no enredar las cosas. Es decir, es mejor hacer pocas cosas a la vez, que demasiadas. De momento esto puede no parecer importante, pero las cosas pueden complicarse fácilmente. Un error también puede costar caro. Al principio todo el procedimiento parece complicado. Pronto, sin embargo, llegará a ser simplemente otra faceta de la vida. Es difícil prever un fin o necesidad de esta tarea en el futuro inmediato, pero nunca se sabe. Cuando el procedimiento se ha completado se dispone de nuevo el material en grupos diferentes. Luego pueden colocarse en sus lugares adecuados. Eventualmente pueden usarse de nuevo y todo el ciclo completo se repite."

Probablemente haya entendido poco o nada, por no saber de qué se está hablando, lo que además influye en la calidad del recuerdo del texto y de su posterior evocación.

Proponemos ahora al lector que vuelva a leer el párrafo, pero ahora con el título "El lavado de la ropa", y podrá comprobar cómo habrá aumentado la comprensión del material y, desde ya, su fijación mnémica.
El ejemplo forma parte de un experimento llevado a cabo por Bransford y Johnson (1973) destinado a evaluar la importancia del carácter constructivo y contextual de la comprensión (1). Para la psicología cognitiva, en efecto, los títulos tienen el valor de un 'índice contextual lingüístico' que permite reducir la ambigüedad de un texto, facilitando enormemente su comprensión.

En otro ejemplo, alguna vez nos habrá ocurrido de encender la radio, y no pudimos dilucidar de qué estaba hablando la persona, y recién podemos comprenderlo cuando el locutor tiene la delicadeza de decirnos que "acaba de hablar Fulano sobre tal tema", es decir, cuando nos suministró un título.
Normalmente, cuando hablamos con otra persona suprimimos mucha información tácita, por una cuestión de economía, porque sabemos que esa información llegará a nuestro interlocutor por el contexto, que funciona como título. Por ejemplo, si estamos con el mecánico viendo el motor del auto, no decimos "sale humo del motor", sino simplemente "sale humo", expresión ésta última que, fuera de todo contexto, carece de una significación precisa.

c) Los títulos responden a expectativas del lector.- Los lectores tienen una expectativa acerca de que habrán de encontrar títulos que los guiarán, como por ejemplo 'Introducción', 'Desarrollo' o 'Conclusión'. Estas estructuras que guían la producción y comprensión de discursos son llamadas por los psicólogos cognitivos esquemas de dominios (1) y, cuando un texto no satisface estas expectativas alejándose de los esquemas convencionales, la conmprensión puede resultar más ardua.

2. Los niveles de titulación

Los títulos están habitualmente ordenados por niveles para indicar al lector cuales son las ideas principales y las secundarias, aunque la correlatividad de los títulos suele indicar también una secuencia narrativa. Estos niveles son:

1- Título del libro
2- Subtítulo del libro
3- Título del capítulo o artículo
4- Subtítulo/s del capítulo o artículo
5- Asterisco o equivalentes
6- Comienzos de párrafo

Los cuatro primeros niveles son títulos explícitos, y los dos últimos corresponden a títulos implícitos.
El nivel 4 admite diferentes subniveles: por ejemplo, pueden establecerse subtítulos dentro de un subtítulo más general. En el primer subtítulo de la presente nota, por caso, hemos incluído tres subtítulos indicados con las letras a, b y c.

A partir del nivel 5 ya no hay títulos establecidos en forma explícita, sino equivalentes de títulos, y pueden existir o no. Por ejemplo, un asterisco o un interlineado más destacado que separa párrafos es interpretado por el lector como un límite entre dos fragmentos de texto que hablan de cosas diferentes dentro del mismo tema.

Cuando no hay subtítulos, o cuando el lector intenta comprender un texto subsumido en un subtítulo, suele utilizar las primeras palabras de cada párrafo para ordenar su lectura. El autor debe aprovechar esta tendencia del lector y utilizar los comienzos de párrafos como títulos de último nivel. Comienzos de párrafo útiles son por ejemplo "En resumen...", "Haremos aquí una breve pausa para aclarar...", "Veamos algunos ejemplos de...", "Retomando lo que decíamos...", etc.

3. Cómo titular correctamente

Exponemos a continuación algunas indicaciones útiles para redactar y ubicar los títulos de manera que puedan cumplir mejor su función de organizar y ayudar a la comprensión del texto.

a) La cantidad de títulos no debe ser ni muy breve ni muy extensa.- Los lectores suelen perderse en un artículo tanto cuando carece de títulos, como cuando tiene demasiados. Aunque el logro del equilibrio justo depende de la habilidad del autor, una proporción más o menos razonable podría ser un subtítulo cada dos carillas, si se trata de un paper de extensión standard (unas 20 carillas).

b) Los títulos no deben ser, en lo posible, expresiones metafóricas.- Algunos títulos de artículos de divulgación científica suelen impactar apelando a las emociones o a la sensibilidad del lector, como "Un banquete delicioso" para un artículo que habla de bulimia, o "La naturaleza juega al bingo" para otro que versa sobre la teoría de la probabilidad.

Informes científicos con titulos literarios hacen que el lector no pueda darse una idea rápida del contenido del artículo y así, en lugar de "Un banquete delicioso", convendrá colocar "La bulimia", un título más aburrido pero también más práctico.

c) No debería abusarse de los subtítulos.- Hay textos que tienen subtítulos de subtítulos de subtítulos..., lo cual tiende a confundir al lector al sumergirlo en una maraña de relaciones que dificultan la comprensión.
En caso de tener que utilizarse dos o tres niveles de subtítulos, como suele ocurrir en escritos extensos como las tesis, deben usarse indicadores de nivel. Ejemplo 1: utilizar números para los títulos de mayor nivel, y letras para los del nivel siguiente. Ejemplo 2: usar mayúsculas para los títulos de mayor nivel, y minúsculas para los de menor nivel. Ejemplo 3: usar negritas para los títulos de mayor nivel, y cursiva o bastardilla para los del nivel siguiente. Ejemplo 4: usar letras más grandes para unos y letras más chicas para otros.

d) Cuidar la relación entre comienzos de párrafo.- Hay autores que por ejemplo comienzan un párrafo con la expresión "en primer lugar..." y luego, en el resto del texto, no aparece ningún "en segundo lugar" o "en último lugar".

e) Los títulos deben atender a las expectativas estándar de los lectores.- Tres supuestos tácitos del lector deben tenerse en cuenta: 1) Lo que está expresado con mayúsculas o en letras más grandes es más importante que lo que está en minúsculas o en letras más chicas (salvo en los contratos, donde la letra chiquita suele ser lo más importante). 2) Lo que está dicho primero es lo más importante. Cuando un artículo está dividido en títulos de igual nivel, se tiende a pensar que lo dicho primero es lo más importante. Esto no es siempre así, porque a veces un artículo comienza con algo poco importante pero que impacta, con el fin de que el lector continúe leyendo por inercia. Esto es perfectamente lícito, siempre y cuando quien escribe el artículo suministre luego pistas claras acerca de qué es lo importante y lo que no. 3) El texto que figura a continuación de un título habla acerca de lo que el título dice. Esto que puede parecer una tontería no es a veces tenido en cuenta por el autor, generando en el lector incongruencias que lo obligan a realizar un esfuerzo adicional para reoganizar la información que recibe.
f) Hacer un esquema previo de los títulos.- Esta precaución no sólo ayuda a organizar la redacción de las ideas, sino que también garantiza bastante la titulación correcta.

Pablo Cazau Lic en Psicología y Prof de Enseñanza Media y Superior en Psicología
Buenos Aires, Marzo 2000
(1) De Vega, "Introducción a la psicología cognitiva", Madrid, Alianza Editorial, 1984.
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