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El formato del informe científico (Pabo Cazau)

 
Entre las diversas maneras de redactar un informe científico, encontramos dos formatos típicos: el formato técnico y el formato narrativo, siendo el primero de ellos exigido en la mayoría de los ámbitos donde se evalúan oficialmente investigaciones. Quien no utiliza esta retórica de corte positivista, tal vez no podrá escalar posiciones en la pirámide de la comunidad científica.

"La lectura produce personas completas; la conversación, personas dispuestas; y la escritura, personas precisas" (Francis Bacon).

Escribir es una manera de hacer muchas cosas. Escribir es una manera de trascender, porque el papel dura más que el cerebro; es una manera de decidir, cuando redactamos el testamento; es una manera de amar, cuando enviamos cartas a un amor imposible; es una manera de olvidar, cuando hacemos anotaciones en la agenda; es una manera de llorar, cuando no hay nadie que pueda consolarnos.

Cuando a mis alumnos les propongo una tarea escrita, misteriosamente a todos se les paraliza la mano y hasta me parece escuchar en el fondo de la clase un ¡Uy! que mezcla temor y rechazo, tal vez un resabio de aquella época en la que escribir era una forma de castigar ("escriba cien veces no debo...").

Desde ya, la propuesta no implica castigar sino enseñar, por cuanto escribir es, además de todo lo anterior, una forma de pensar, lo cual puede ser otra razón para el ¡Uy!

Muchos alumnos prefieren hablar en vez de escribir. Y se trata realmente de dos cosas distintas porque:

a) Muchas veces nos animamos a decir cosas pero no a escribirlas: a las palabras se las lleva el viento y existe la posibilidad de corregir errores sobre la marcha haciendo un feedback con las expresiones faciales del profesor. Otras veces solemos decir las cosas que son obvias y escribir las no obvias, pero con frecuencia es necesario también decir por escrito lo que es obvio, ya que puede no serlo para el lector.

b) Muchas otras veces, por el contrario, escribimos cosas que jamás se nos hubiera ocurrido decir en forma oral, sobre todo porque el acto mismo de la escritura genera un clima que obliga a pensar con una organización y una precisión que no solemos poner en juego en el coloquial y versátil acto de hablar.

En la misma universidad, muchos alumnos deberían aprender a leer y escribir por segunda vez, porque esto también forma parte de lo que Gardner llamaba el "experto", sobre todo si este experto va a dedicarse a la investigación, actividad en la que tarde o temprano deberá volcar por escrito lo investigado para darlo a conocer a la comunidad científica.

Estos informes o 'papers' suelen ser difundidos a través de revistas científicas especializadas con referato, y han de cumplir con ciertos requisitos formales de presentación que, desde ya, no son universales, y dependen de cada asociación científica, de cada universidad, de cada centro de investigaciones o de cada publicación especializada en particular.

Una recorrida por diferentes informes científicos nos permite distinguir, entre otros, un formato narrativo y un formato técnico.

Un ejemplo típico del formato narrativo es el informe de casos. El propósito no es aquí alcanzar generalizaciones sino profundizar en la comprensión de algún caso en particular. El informe de casos da cuenta de lo único e irrepetible, y, aún cuando el objetivo a largo plazo sea la construcción de una teoría, no teme introducir puntos de vista subjetivos o impresiones personales si ello puede contribuír a la comprensión del caso. Según Zeller, "a través de la destreza artística con que produce su narrativa de caso, el científico social se convierte en algo más que un narrador objetivo de experiencias: se convierte en un filtro narrativo a través del cual se modela la experiencia y se le da sentido" (1).

El formato narrativo aparece típicamente en los artículos freudianos sobre el caso Juanito, el caso Schreber o el hombre de las ratas. También podemos encontrarlo no ya en informes sino en la forma de redactar programas analíticos para asignaturas. Slapak, por ejemplo, plantea esta situación como un obstáculo que impide identificar con claridad qué contenidos se proponen para enseñar, toda vez que muchos profesores utilizan "modalidades narrativas, con frases extensas, adjetivadas, a partir de las cuales no es posible determinar de manera directa cuáles son los conceptos que se propone desarrollar" (2).

El formato técnico es bien diferente. Dentro de sus múltiples variantes, una de ellas parece ser la forma típica, y es aquella donde se exponen los resultados de una investigación empírica con la apoyatura estadística que permita realizar predicciones con un determinado margen de error, también especificado (de allí que sea frecuente la designación de variables independientes como 'predictores'). En ellos se procura describir el experimento realizado con el fin de que otros investigadores puedan repetirlo, garantizándose así una cierta objetividad en los procedimientos y las conclusiones.

Un paper típico en formato técnico incluye los siguientes títulos: "Abstract" (donde se resume en no más de una carilla el artículo), "Marco teórico", "Método" (muestra seleccionada, procedimientos de medida, instrumentos de medición usados, especificación de los procedimientos estadísticos inferenciales utilizados, tales como tests de hipótesis o análisis de regresión, etc.), "Resultados" (análisis estadístico de los datos obtenidos, generalmente volcados en cuadros de doble entrada, etc.), "Discusión" (donde entre otras cosas se comparan los resultados con otras investigaciones sobre el mismo tema, o se aprecia en qué medida los resultados confirman la teoría, etc.), y "Conclusiones" (donde entre otras cosas se especifican los alcances y limitaciones de la investigación realizada, se sugieren nuevas líneas de investigación, etc.). En ocasiones, los ítems "Conclusiones" y "Discusiones" son equivalentes, utilizándose cualquier denominación indistintamente.

No todos los que publican informes científicos tienen conocimiento de este formato, en cuyo caso suelen recurrir a lo que alguna vez les enseñaron siendo estudiantes cuando debían hacer una monografía, utilizando entonces el clásico esquema de "Introducción", "Desarrollo" y "Conclusiones".

La prueba de fuego de todo aspirante a publicar en una revista científica especializada es la confección de la tesis de doctorado, siendo habitual que también a ellas se les exija el formato técnico. Por ejemplo, una tesis de doctorado de 400 páginas realizada en 1999 en la Universidad de Colorado (3), fue estructurada en las siguientes partes: Abstract, Reconocimientos, Introducción, Revisión de la literatura (que incluye referencias al marco teórico utilizado), Análisis, Síntesis, Validación e Implementación (que incluye los procedimientos estadísticos utilizados utilizados para la validación de la hipótesis), Resultados, Recomendaciones y Conclusiones, y Apéndices.

Si bien, como hemos dicho, cada centro de investigación o cada universidad especifica sus propias pautas para la presentación de informes, podemos aquí mencionar una propuesta típica de informe técnico que ha codificado la retórica de la investigación tradicional o "positivista" (4).

Se trata de la propuesta del APA Publication Manual (5), que, según Zeller, se ha convertido en el manual de estilo para gran parte de las ciencias sociales y también para la investigación en ciencias de la educación. La misma autora señala que las convenciones APA para la redacción "están destinadas a crear la apariencia de objetividad (ausencia de parcialidad o sesgo) de modo que la retórica de los informes o artículos de investigación sean consistentes con la metodología en la que se basan. Según Bazerman (1984) estas convenciones incluyen 1) el uso del punto de vista en tercera persona, es decir, del punto de vista objetivo; 2) el énfasis en la precisión, tomando la ciencia matemática como modelo; 3) la evitación de metáforas y otros usos expresivos del lenguaje; y 4) la práctica de apoyar toda afirmación en una prueba experimental y empírica tomada de la naturaleza" (6).
La misma autora destaca la importante influencia de este tipo de formato, refieriendo que incluso se ha llegado a la paradoja de que muchos investigadores no positivistas que rechazan la objetividad en las ciencias humanas, ellos mismos han utilizado formatos técnicos en la redacción de sus informes (6).

Para Zeller, el formato técnico y el narrativo representan estrategias retóricas diferentes que se apoyan en dos supuestos fundamentales: "el primer supuesto es que el principal objetivo de un informe de casos [narrativo] es crear comprensión (versus predicción y control). El segundo supuesto es que una narrativa de caso, a diferencia de un informe técnico de investigación, debe ser un producto en vez de un registro de la investigación" (4).
Ya desde los mismos títulos de los informes puede identificarse el formato: no es lo mismo titulos de tipo "El hombre de los lobos" o "La crisis negra o el día que me llamaron racista (glup)", que los títulos "Factores intrapsíquicos e interpersonales relacionados con el bienestar psicológico del adolescente en familias con madrastra o padrastro", o "Validación de un procedimiento informatizado para la evaluación de las estrategias de resolución de una tarea de visualización espacial".

Pablo Cazau Lic en Psicología y Prof de Enseñanza Media y Superior en Psicología
Buenos Aires, Mayo 2000
(1) Zeller Nancy, "La racionalidad narrativa en la investigación educativa", incluído en McEwan H. y Egan K. (comp.), (1995) "La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación", Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1998, pág. 312.
(2) Slapak Sara, "Tecnologías de gestión para la innovación curricular", Investigaciones en Psicología, Revista del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, Año 1 - Nro. 1, 1996, pág. 140.
(3) Massonnat-Mick Graciela, "An Evaluation of the success of the privatization of Aerolíneas Argentinas (AR)", Colorado Technical University, Denver, Colorado
, June 1999.
(4) Zeller Nancy, Op. Cit., pág. 295.
(5) Bazerman C., (1987) "Codifying the social scientific style: The APA Publication Manual as a behaviorist rhetoric", en J. Nelson, A. Megill y D. McCloskey, eds., "The rhetoric of de human sciences: Language and argument in scholarship and public affairs" (págs. 125-44), Madison, University of Wisconsin Press
.
(6) Zeller Nancy, Op. Cit., pág. 296.
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