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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Lunes, 30 de diciembre de 2024

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El fin del mundo y el eterno retorno

                Tales teorías del "Gran Tiempo" van casi siempre acompañadas por el mito de las edades sucesivas, encontrándose siempre la "edad de oro" al principio del ciclo, cerca del illud tempus paradigmático. En ambas doctrinas -la del tiempo-cíclico infinito y la del tiempo-cíclico limitado- esa edad de oro es recuperable; en otros términos, es repetible, una infinidad de veces en la primera doctrina, una sola vez en la otra. No recordamos esos hechos por su interés intrínseco sino para aclarar el sentido de la "historia" desde el punto de vista de cada doctrina.

Mircea Elíade, el mito del eterno retorno

En una fórmula sumaria podría decirse que, para los primitivos, el Fin del Mundo ha tenido lugar ya, aunque deba reproducirse en un futuro más o menos alejado. En efecto, los mitos de cataclismos cósmicos están extraordinariamente extendidos. Narran cómo el Mundo fue destruido y la humanidad aniquilada, a excepción de una pareja o de algunos supervivientes. Los mitos del Diluvio son los más numerosos y conocidos casi universalmente (aunque son sumamente raros en África). Al lado de los mitos diluvianos, otros relatan la destrucción de la humanidad por cataclismos de proporciones cósmicas: temblores de tierra, incendios, derrumbamiento de montañas, epidemias, etc. Evidentemente, este Fin del Mundo no fue radical: fue más bien el fin de una humanidad, seguido de la aparición de una humanidad nueva. Pero la inmersión total de la Tierra en las Aguas, o su destrucción por el Fuego, seguida por la emergencia de una Tierra virgen, simbolizan la regresión al Caos y la cosmogonía.

                En un gran número de mitos, el Diluvio está unido a una falta ritual, que provocó la cólera del Ser Supremo; a veces resulta simplemente el deseo de un Ser divino de poner fin a la humanidad. Pero si se examinan los mitos que anuncian el próximo Diluvio, se comprueba que una de las causas principales reside en los pecados de los hombres y también en la decrepitud del Mundo. El Diluvio ha dado paso a la vez a una recreación del Mundo y a una regeneración de la humanidad. Dicho de otro modo: el Fin del Mundo en el pasado, y el que tendrá lugar en el futuro, representan la proyección gigantesca, a escala macrocósmica y con una intensidad dramática excepcional, del sistema mítico-ritual de la fiesta del Año Nuevo. Pero esta vez no se trata ya de lo que podría llamarse el «fin natural» del Mundo -«natural» porque coincide con el fin del Año y, por tanto, forma parte integrante del ciclo cósmico-, sino de una catástrofe real provocada por los Seres divinos.

Mircea Elíade, Mito y realidad

 

El fin del mundo es un tema recurrente en la ciencia ficción. Como ya dijimos en la nota anterior, en la Biblia encontramos esta estructura cíclica, la destrucción del mundo seguida por una edad de oro, como la historia de Noé y el diluvio universal. Las historias de diluvios y destrucciones varias del mundo se repiten una y otra vez en la mitología universal. El caos fue el estado original del mundo, luego el dios o ser superior organizó ese caos y lo convirtió en un paraíso terrenal. Ese mundo perfecto, con el tiempo, se fue degradando y convirtiéndose en esta situación en la que estamos ahora, una sociedad que dista de ser perfecta. Pero por supuesto que hay una esperanza. Para el "justo", el que obedece los preceptos del dios. El creador volverá al mundo, una vez destruido, y construirá una nueva humanidad con las cenizas de la anterior. No por nada la nave que inaugura la edad de oro de "Star Trek" se llama Fenix, la mítica ave que se quema y luego renace a partir de sus cenizas. La estructura cíclica del día, el año o las fases lunares sugieren esa destrucción y la nueva creación que le sigue. El desarrollo de la agricultura le dio más fuerza a esas creencias. El invierno significa escasez, pocas plantas y animales, poca comida, frío, oscuridad y miedo. La primavera nos salva de la muerte segura que significaría un invierno eterno, es una intervención de la divinidad para salvarnos la vida. Si esto se repite todos los años, es esperable que el esquema siga siendo válido para los tiempos históricos: una edad primitiva de abundancia donde nadie tenía que trabajar porque había lo suficiente para todos, un invierno causado por el agotamiento de los recursos naturales, y de alguna manera milagrosa o no tanto, la vuelta a un verano donde la humanidad deja de sufrir.

La historia europea misma es un ejemplo de este pensamiento. La edad de oro del Imperio Romano, el invierno de la edad media y las cruzadas, las plagas y la escasez, la edad de oro del renacimiento, el descubrimiento de América y la riqueza conseguida a costa, por supuesto, del sufrimiento de los habitantes originales de América. La gran crisis de la  Muerte Negra o plaga en Europa, en los siglos del 12 en adelante, causó que mucha gente creyera que el fin del mundo había llegado. Las plagas causaron la muerte de millones, y los sobrevivientes vivieron una pequeña edad de oro gracias a las tierras y riquezas que dejaron los muertos. Incluso Hitler quiso restaurar la edad de oro del Imperio Romano creando su imperio que duraría mil años, exactamente como predecía el libro del Apocalipsis (aunque sólo duró 12 años). Y no dudó en destruir media Europa mediante la guerra para lograrlo. Según este mito, solo se llega a una edad de oro después de una destrucción casi total del mundo. Incluso alguien tan opuesto a Hitler como Stalin, o sus aliados como Franco o Mussolini, utilizaban los mismos métodos para crear una edad de oro: destrucción masiva de todo lo que pudiera oponerse a su utopía, sin importar si eran libros, íconos religiosos o gente. También es importante notar que la destrucción de Europa sería vista como un "fin del mundo" para los europeos así como la conquista de América sería un fin del mundo para los habitantes originales de América, sin importar lo que pase realmente en el "resto del mundo". Por lo general se usa la frase "el fin del mundo tal cual lo conocemos" para expresar este desastre y caos que no necesariamente implica la muerte de toda la humanidad o la destrucción física del planeta Tierra.

Las películas que analizamos en la nota anterior son ejemplos de la forma más optimista de este mito. En "2001" ni siquiera se destruye el mundo. Aunque en la idea original de la película, Kubrick planeaba sugerirlo haciendo que el "niño cósmico" haga explotar las armas nucleares en órbita terrestre, también marca el inicio de la humanidad con la invención de la primera arma (el garrote), y si bien no es fácil de notar en la película, cuando el mono lanza el garrote al aire, este se superpone con la imagen de un arma nuclear en órbita al cambiar de escena y seguir la historia en el futuro. En "Star Trek First Contact" efectivamente hubo una destrucción del mundo por la tercera guerra mundial, antes de la edad de oro que viene con la llegada de los extraterrestres, pero no se insiste demasiado en ese tema.

Para irnos directamente al extremo opuesto, podemos considerar la película clásica "Soylent Green", basada en el libro "¡Hagan sitio, hagan sitio!" de Harry Harrison. A lo largo de la película vemos el mundo del futuro: superpoblación, hambre generalizada, pobreza, calor por el efecto invernadero (sí, desde 1973, e incluso antes, se esperaba el calentamiento global, la única sorpresa es que haya gente sorprendida porque esté pasando ahora). Esta película es verdaderamente pesimista. Una rareza para la tendencia hacia los finales felices de Hollywood. El fin del mundo sugerido por "soylent green" es el agotamiento de los recursos naturales. La pesadilla predicha por el economista Thomas Malthus: demasiada gente y poca comida. Las imágenes son muy explícitas. Gente durmiendo por montones en las escaleras de los edificios (algo que ya podemos ver en la realidad, en las grandes ciudades, todavía a escala mucho menor). La gente que pide ser alimentada por el gobierno, porque por supuesto es imposible conseguir trabajo. La comida repartida no alcanza, y hay frecuentes motines de miles de personas que luchan por la supervivencia. La policía intenta controlarlos, pero los palos y granadas lacrimógenas no alcanzan, y existen las "palas", camiones que levantan paladas de gente y las llevan a otro lado, si sobreviven a ese tratamiento. Por supuesto, la gente es "basura" en ese mundo. Hay tantos, que sobran. Solo los ricos, una elite, vive con una cierta comodidad, comen carne de vez en cuando, tienen suficiente agua como para bañarse, aire acondicionado y electricidad sin cortes. Pero viven encerrados en sus departamentos con custodia. Este es un fin del mundo por agotamiento. El protagonista, actuado por Charlton Heston, descubre una serie de secretos de estado, ese conocimiento lo lleva a la muerte, sin ni siquiera poder convencer a nadie de lo que realmente está pasando. Los secretos son: La riqueza de los océanos, el plancton que está alimentando a las grandes masas de desocupados y pobres, está muriendo. Tarde o temprano se va a acabar la comida. La comida que da nombre a la película, el Soylent Verde, no está hecho, como todos piensan, de plancton. El último alimento realmente nutritivo que el gobierno (o las corporaciones que manejan el mundo) están distribuyendo para evitar que la gente se muera de hambre, es, justamente, gente, los cadáveres de los muertos en represiones policiales, o los voluntarios que optan por la eutanasia. La humanidad volvió al canibalismo como tantas veces en la historia, en sus peores tiempos de hambruna. Aunque esta vez la carne humana esté disfrazada como galletas verdes de un supuesto origen marino. El final de la película es desesperante, con Heston gritando como un loco las verdades que descubrió, y nadie le hace el menor caso. Cualquier semejanza de esta película de 1973 con la realidad del año 2008, es pura coincidencia, por supuesto... En este caso no hay una edad de oro después del fin del mundo.

Después de esta película tan oscura, podemos encontrar mensajes de esperanza hasta en las historias de zombies que dominan el mundo. Y vamos a empezar con una nota alegre, "HΩmega man", la parodia de Los Simpson a "Omega Man", otra película con Charlton Heston, actor que vamos a encontrar en muchas películas sobre el fin del mundo.

En el capítulo «Treehouse of terror VIII» los autores de Los Simpson cuentan historias que son parodias de grandes y famosas obras del terror o la ciencia ficción. «HΩmega man» empieza con el alcalde de Springfield insultando a los franceses. Estos deciden que, ya que no hay una posible disculpa a la vista, deberán destruir la ciudad. Entonces lanzan un misil con una bomba neurtónica, de esas que matan a la gente pero no afectan a las construcciones. En ese momento Homero está inspeccionando un refugio antiatómico (ejemplo de un Arca de Noé), y se salva de casualidad, quedando como «el último hombre vivo en Sprinfield». Al principio lo invade la desesperación por sus pérdidas, y su familia. Pero enseguida se repone y decide que es su oportunidad para hacer cosas que siempre quiso y nunca pudo. Lo primero que se le ocurre es bailar desnudo en la iglesia. Acá tenemos, en forma sencilla y humorística, el simbolismo del que estamos hablando. Homero primero llora sus pérdidas pero luego comprende que ser el último hombre sobre la tierra tiene sus ventajas. Es una pequeña edad de oro. En la iglesia, un grupo de personajes lo interrumpe, entre los cuales están Ned Flanders, el Reverendo Alegría, el señor Burns, entre otros, gente que siempre fue desagradable para Homero. Ellos se convirtieron en monstruos mutantes y de esa forma sobrevivieron a la explosión. Y desean comerle la piel a Homero. Escapa, y se esconde en su casa, para encontrar con sorpresa y alegría que su familia también se salvó, porque usaron pintura con plomo en las paredes. Justamente un elemento tóxico y contaminante es el que los salva. Esta idea está repetida muchas veces en la ciencia ficción norteamericana, simplemente recordemos que los superhéroes a veces obtienen sus poderes después del contacto con residuos tóxicos, o en la película apocalíptica «Armageddon» (con Bruce Willis) los petroleros son los que salvan al mundo de su destrucción. Esta justificación o «santificación» paradójica de la contaminación podría ser tema de una próxima nota. En el final, los mutantes se conmueven al ver a Homero con su familia, y le proponen crear una sociedad utópica incluyente de humanos y monstruos. Otra vez, el tema de la edad de oro. Pero Marge ordena a su familia atacar a los mutantes, los vencen enseguida, los matan, y festejan su victoria. Ya a salvo y sin mutantes molestos, la familia Simpson retorna a la idea de disfrutar el fin del mundo, como Homero, y deciden salir a robar un Ferrari. La idea es que con la muerte del «exceso de población», representado justamente por los personajes más antipáticos de la serie, la población que queda, «los justos» para usar la expresión bíblica, pueden disfrutar de las comodidades que antes no podían usar porque eran de otras personas. Ahora sobran Ferraris y simplemente deben ir a buscarlas.

Otra película apocalíptica pero llena de esperanzas es "Cuando chocan los mundos". Los astrónomos detectan que se acercan dos cuerpos celestes a la Tierra. Algo así como un planeta y su sol. El paso del planeta va a causar gran destrucción, terremotos y mareas. Pero el segundo cuerpo va a destruir la Tierra por completo. Los protagonistas deciden construir un 'arca de Noé' para salvar lo que se pueda de la humanidad. Les cuesta conseguir apoyo de los gobiernos, por lo tanto lo hacen con apoyo del sector privado, o sea los capitanes de la industria. El arca de Noé deberá aterrizar en el planeta errante, que 'casualmente' es de tamaño y características similares a la Tierra. Acá tenemos que el problema y la solución son la misma cosa. El mismo elemento que trae el fin del mundo también trae la esperanza de la salvación. Y claramente es una intervención de un poder extraterrestre, por más que sea un cuerpo inanimado. Recordemos que para los primitivos las estrellas y los planetas eran dioses. Cuando se construye el arca, el siguiente problema es elegir a la gente que se va a salvar, porque obviamente tiene una capacidad limitada. Y como en el arca original, hay que llevar animales y semillas y todo lo necesario para la supervivencia. También pasan montones de libros a microfilm para salvar parte del conocimiento de la humanidad. La elección se hace parcialmente al azar, y algunos son elegidos por sus habilidades, por ejemplo el piloto de la nave o ingenieros o médicos. Volvemos a encontrar el tema de los "justos" que se salvan. Incluso una joven pareja es separada, ella viaja y a él  le toca quedarse. Pero al final el amor triunfa y los dejan partir juntos. Al final, cuando la destrucción del planeta es evidente y no quedan más dudas, los que se quedaron afuera toman las armas y tratan de forzar su entrada a la nave espacial. Logran despegar, y es interesante destacar el sacrificio del jefe científico e ideólogo del arca, se queda en tierra a pesar de que tiene un lugar reservado en la nave, junto con el industrial que pagó por todo, quien además es culpable en parte de la rebelión armada (al traer las armas al complejo espacial) y es obligado por el científico a quedarse abajo de la nave. Después de estos problemas y sacrificios, los elegidos llegan al planeta causante y solución de la catástrofe, y por supuesto como era de esperarse, sucede el milagro y el planeta puede soportar la vida humana, hay aire respirable, agua, vegetales, y signos inequívocos de una civilización en edificios que los astronautas ven a lo lejos. En ese momento de la llegada nacen los perritos de una perra que habían decidido llevar a último momento. La vida continúa, es una promesa de los tiempos fecundos por venir. No vemos en la película la edad de oro después de la catástrofe, pero es bastante claro que así va a ser, los elegidos que se salvaron van a poder continuar sus nuevas vidas en el nuevo planeta.  Por problemas de presupuesto, no se hizo la segunda parte de la película, donde seguramente veríamos la lucha por imponer la edad de oro en este nuevo planeta.

"Doctor Strangelove 'o como aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba'" es otra película de Stanley Kubrick. El tema es el fin del mundo, destruido por una guerra atómica. Es un típico producto de la guerra fría. Aunque por supuesto, tratándose de Kubrick, y con la actuación de Peter Sellers en tres papeles diferentes, no es para nada típico. Ya desde el título tenemos el tema del eterno retorno, la idea de que el fin del mundo no es necesariamente malo y podemos 'amarlo' o más bien desear el fin del mundo con la creencia de que después, el grupo de los 'elegidos' va a vivir una edad de oro. Obviamente este tipo de creencias son peligrosas. Ya vimos lo que hicieron Hitler y Stalin con esas ideas. La película se centra justamente en la decisión tomada por estos futuros 'elegidos', los generales y políticos de los Estados Unidos cuando ven que la guerra y la destrucción del mundo parece inevitable. La trama es sencilla, un general con acceso a bombas atómicas 'enloquece' e inicia un ataque sorpresivo a la Unión Soviética, sin consultarlo con sus superiores o el presidente, por motivos altamente cuestionables. Hacer volver a los bombarderos es imposible sin un código secreto que solo tiene este general. Por lo tanto, los líderes militares y políticos de los Estados Unidos deciden llamar al embajador soviético y con él le avisan al líder en el Kremlin. Un esfuerzo conjunto de ambos países logra detener a la gran mayoría de los bombarderos, pero justo cuando todos empiezan a respirar aliviados descubren que uno de los aviones todavía está en vuelo y es imposible detenerlo ni siquiera con el código correcto, porque el ataque destruyó su capacidad de comunicación. Su capitán está convencido de estar siguiendo órdenes válidas, y continúa con su misión de bombardear sus objetivos. Esto empeora porque los rusos revelan la existencia de un «dispositivo del fin del mundo». Se trata de una idea existente en la realidad, y que veremos en otra película que vamos a comentar en esta nota, «el planeta de los simios». Una bomba capaz de destruir el mundo (algo teóricamente posible ya que se pueden construir bombas de hidrógeno del tamaño que se desee), conectada a una computadora que la detonaría en caso de un ataque a la Unión Soviética. La idea es detener toda posibilidad de ataque por temor a esa destrucción global. El único problema es que ese dispositivo fue puesto en funcionamiento y no fue anunciado públicamente. La idea era anunciarlo a la brevedad, ya que por supuesto este sistema funciona en base al miedo que genera la existencia del dispositivo, y si ese dispositivo es secreto pierde toda utilidad. Por increíble que parezca, esto también era una posibilidad real barajada por los gobiernos en la guerra fría. La doctrina MAD o Mutual Assured Destruction, Destrucción Mutua Asegurada, que decía que nadie iba a atacar al otro bando por temor a que una represalia destruya a vencedores y vencidos, quizá activada automáticamente como en la película, o quizá activada desde un satélite en órbita, o desde aviones en vuelo constante. Pero después de este horriblemente sombrío escenario... ¿Cómo hace Kubrick para hablar de la edad de oro después de la destrucción? Después de todo, esta película es una comedia, de humor negro, pero comedia, y la idea de la edad de oro sale de uno de los personajes que interpreta Peter Sellers. El Doctor Strangelove, el típico científico loco, ex-nazi contratado por el gobierno de los Estados Unidos, y quien tiene dificultades para diferenciar a su antiguo amo Hitler del presidente de los Estados Unidos. Quien puede culparlo por esa confusión, después de todo a nosotros también se nos complica diferenciarlos. Propone que para prevenirse de esta destrucción atómica se lleven a las personas importantes a silos subterraneos. En esos refugios se salvarían, ¿quienes? los 'justos', los 'elegidos', los que, como Strangelove se apura a aclarar, serían todos los presentes en la sala de guerra del pentágono, más un gran número de mujeres jóvenes y hermosas, muchas más mujeres que hombres, para asegurar la continuidad de la 'raza'. Y técnicos, médicos, y todos los expertos que se juzguen necesarios para la supervivencia. Otra vez nuestro familiar tema del Arca de Noé. Enseguida los generales empiezan a ver, como Homero Simpson, las ventajas de la idea. Como la guerra parece inevitable, ahora la lucha es por quien tiene más refugios antiatómicos y por quienes se van a reproducir más 'como conejos' después de la guerra para poder reclamar el mundo, o lo que quede de él, después de la destrucción. La película termina con un alegre y despreocupado intercambio de disparos atómicos, ya que los generales 'aprendieron a amar la bomba' como dice el título.

La próxima película apocalíptica que vamos a analizar es «12 Monos» dirigida por Terry Guillam. Tiene muchas idas y vueltas al pasado, y ocurre en distintas épocas, todas mezcladas entre sí, lo cual aumenta la confusión sobre lo que está realmente pasando. Por supuesto, esa es la idea del director, es a propósito que la historia sea complicada y enredada. Empieza en el futuro. La situación en esa época es que la raza humana fue casi exterminada por un virus mortal en el año 1996 (el año siguiente al estreno de la película). Hay, por supuesto, humanos que se salvaron, y sobreviven encerrados bajo tierra. Nuevamente, los «justos» y su Arca de Noé. En este caso, los que gobiernan el poco mundo que queda son un grupo de científicos. Ellos envían distintas misiones, a la superficie del planeta, y al pasado usando una máquina del tiempo muy poco confiable que suele dejar a la gente en cualquier época menos la indicada. Los que van en esas misiones son los presos, gente que tuvo problemas y se consideran «antisociales». El gobierno de estos científicos es terriblemente autoritario y hacen lo que les da la gana sin tener que responder a nadie. Cole, el protagonista, actuado por Bruce Willis, es uno de esos presos que es enviado al pasado con la promesa de lograr su libertad cuando complete su misión. Se trata de recolectar información, tanto de quién y cómo diseminó el virus, hasta, si fuera posible, traer un ejemplar del virus antes de la infección, ya que éste mutó y hay muchas variantes en el futuro, lo que hace casi imposible desarrollar la vacuna. Cole es muy explícito en su declaración ante los psicólogos que quieren declararlo loco en 1990, año al cual es enviado por error en vez de 1996. Lo que dice es eso, que los científicos desean curar el virus en el «presente» de la época posterior a la catástrofe. Y que la catástrofe no puede ser evitada de ninguna manera. Cole dice que todo eso ya pasó y todos los presentes están muertos. Luego de una serie de aventuras y viajes en el tiempo que acaban con la poca cordura que le quedaba a Cole, los científicos al fin logran identificar al culpable de la catástrofe y supuestamente se hacen con un especimen del virus original. Con este virus podrán desarrollar la vacuna y volver al mundo de la superficie. De esta forma lograrían una edad de oro, gobernada por este grupo de científicos. Los científicos no tienen ninguna intención de evitar la catástrofe. Por un lado, porque como dice Cole, «ya pasó». Y por el otro, porque su plan les garantizaría su dominio sobre el mundo, el cual está deshabitado e intacto, con todas sus riquezas a disposición de quien pueda reclamarlas. Sólo hay que vencer al virus para poder volver a tener una vida en la superficie. Y en el final de la película la jefa científica viaja en el avión que lleva al culpable de diseminar el virus, y suponemos que robará la muestra que necesita, volverá al «futuro» e instalará la edad de oro científica que desean. Es interesante notar que el fin del mundo por culpa de un virus mortal, ya pasó, no en esa escala, pero en la edad media murió cerca de la mitad de la población de Europa por la peste negra y enfermedades como el cólera. También en ese caso, después de la matanza los sobrevivientes se encontraron con que sobraban tierras y casas y todo tipo de recurso económico, había menos gente y las cosas eran más fáciles para los sobrevivientes, con menos competencia por los recursos escasos.

Y si hablamos de monos, la película o más bien saga de películas que salta a la mente es «el planeta de los simios». Otra película con Charlton Heston haciendo de último humano. Esta vez el  viaje en el tiempo es hacia el futuro. El protagonista llega a un mundo donde los Simios son la especie dominante, y los humanos son meros animales que ni siquiera hablan. Ahí debe primero tratar de convencer a los simios de que él es un ser inteligente, y luego debe huir porque a un humano no se le está permitido ser inteligente. Es famosa la escena final de la película, cuando Heston descubre la Estatua de la Libertad y se da cuenta de que está en la Tierra, solo que en el futuro. En la segunda película (Beneath the planet of the apes) un nuevo astronauta viaja al futuro a buscar a la expedición anterior, un retruécano del guión debido a que Heston no quería participar en la película, y por lo tanto lo reemplazan con otro astronauta humano. Pero Heston aparece en el final. Los astronautas descubren que hay humanos inteligentes en ese futuro, incluso más evolucionados que ellos, porque se comunican por telepatía. Simplemente están ocultos. Los simios sospechan de su existencia, ya desde la primera película piensan que Heston es uno de ellos. Los humanos tienen un dios, un misil atómico, que Heston reconoce como un «dispositivo del fin del mundo», como el de Strangelove. Activar esa bomba significa destruir totalmente el mundo. Los simios descubren el escondite de los humanos, y se apuran a destruirlos. Los humanos están indefensos, sus armas son sólo la telepatía, y los simios no son tan susceptibles a su influencia. En la lucha final, hay una gran masacre de humanos evolucionados y los simios parecen haber conseguido la victoria. Pero Heston, herido de muerte, activa la bomba del fin del mundo, y el planeta Tierra es destruido totalmente. Acá parecería que perdimos toda oportunidad de una edad de oro. Pero no. Hay una tercer película, (Escape from the planet of the apes) donde los simios protagonistas de las dos primeras, una pareja de científicos pacifistas, chimpancés, pudieron volver al pasado, a la época actual (la década de 1970), un  mundo dominado por los humanos, en la nave espacial del segundo astronauta. De nuevo el Arca que salva a los justos. Y vieron la destrucción del mundo antes de volver al pasado. Durante toda la película los simios tratan de no explicar a los humanos como será ese futuro, la «edad de oro simia». Pero la historia y los mitos de los simios se van revelando. Resulta que existe la leyenda de que hay un primer simio que se rebeló contra los humanos, quienes los usaban de esclavos. Este simio es el responsable de esclavizar a los humanos. Ese primer simio sería una figura mesiánica. Como Espartaco, el que lideró la rebelión de los esclavos en Roma antes de Cristo, y también murió en una cruz. También hay un simio importante, posterior, que es el «hacedor de la ley», que escribió el código de conducta de los simios y decretó que debían odiar a los humanos. Una especie de Moisés orangután. Los humanos se enteran espantados del fin del mundo, pero no tienen manera de saber que ese fin fue causado por uno de ellos, y piensan que fueron los simios. Por lo tanto hay un grupo que desea exterminar a los llegados del futuro, pensando con mucha razón que ellos pueden ser los que inicien la raza de simios superiores que va a dominar a los humanos. Incluso esto empeora cuando descubren que la hembra está embarazada. Los humanos persiguen a los simios, los encierran, ellos escapan, pero son asesinados por el líder de los que quieren exterminarlos. No sin antes haber cambiado el bebé recién nacido por otro chimpancé nacido en un circo. En la siguiente película (Conquest of the planet of the apes) este bebé fue criado por el dueño del circo, ya es adulto, y por supuesto sabe hablar y leer y escibir. En esa época empieza la esclavitud de los simios por parte de los humanos. Los partidarios de la «supremacía humana» por llamarla de alguna manera, siguen buscando a ese bebé desaparecido, ya que sospechan que el bebé muerto que encontraron con los simios viajeros en el tiempo es un chimpancé normal. Encuentran al dueño del circo, le sacan la verdad a la fuerza, y este chimpancé superior debe ocultarse entre los esclavos. Desde ahí va a cumplir con su destino predicho por la «profecía» de sus padres. Por supuesto, lidera la rebelión, y vence a los humanos. Pero es piadoso, y no quiere destruirlos. Propone fundar una sociedad utópica que incluya a humanos y a simios. En la siguiente película, (Battle for the planet of the apes) la última de la serie, vemos el inicio de esta sociedad utópica. Los humanos en las ciudades fueron destruidos por una guerra nuclear, de la cual no sabemos casi nada. Es una típica sociedad post apocalíptica, una edad de oro agraria y pacífica. Pero hay descontento. Los gorilas, más violentos que los chimpancés, odian a los humanos y desean sacárselos de encima o esclavizarlos. Pero César, el chimpancé líder, hijo de los viajeros en el tiempo, protege a los humanos. Hasta que descubre que en la ciudad destruida por las bombas atómicas hay registro de sus padres, a los que no conoció, y decide ir a buscar esas grabaciones. Es la oportunidad que los gorilas buscaban, y aprovechan su ausencia para encerrar a los humanos. Para peor, los antepasados de los humanos evolucionados de la segunda película están todavía en las ruinas de la ciudad, y al descubrir que existe la civilización naciente de los simios deciden ir a destruirlos con armas. César encuentra el mensaje de sus antepasados, y se entera del final de la historia que él está empezando: el fin del mundo, sin sobrevivientes. Pero a su vuelta se encuentra con un caos. Los humanos encerrados, y los simios y los humanos de la ciudad a punto de empezar una guerra. Por supuesto, la guerra se produce, ganan los simios, y César se ve en la encrucijada histórica de decidir el futuro del mundo, nada menos. El mensaje de sus padres es fundamental para hacerle comprender la importancia de lograr la unidad entre humanos y simios. La película termina con la próxima figura histórica. El hacedor de la ley, ahora crea leyes para la unidad de los humanos con los simios, y vemos la creación de una verdadera edad de oro, ex-esclavos y ex-amos viviendo juntos en armonía. Y esperamos que esta vez no vaya a terminar en el futuro con el fin definitivo del mundo. En este caso, al igual que en "Star Trek First Contact", tenemos de nuevo el método chamánico de curar el mundo mediante un viaje al pasado. La Tierra es «curada» o su destrucción es «evitada» por los chimpancés que viajan al pasado y alertan a su hijo, el creador de la edad de oro simia, de los peligros de dejar a los humanos afuera de la nueva sociedad, o sea, curan el pecado que causó el fin del mundo, en el momento en que el mundo empieza.

 

Estructura de la historia humana según este mito:

1) edad de oro primigenia de los antepasados

2) desarrollo de la humanidad

3) agotamiento de la humanidad

4) selección de justos, fin del mundo

5) nueva edad de oro con los justos de la era anterior (vuelta a la etapa 1)

 

Estructura de las historias del fin del mundo:

1) pecado de la humanidad

2) anuncio del fin

3) los justos preparan el arca, selección de justos

4) los justos suben al arca (posibles luchas por el espacio en el arca)

5) se destruye el mundo pero los justos se salvan

6) los justos se encuentran en situación difícil después del fin

7) los justos reconocen las nuevas oportunidades de tener la tierra para ellos solos: edad de oro

 

El eterno retorno

 Ilustración: Hernan Budapest

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