Nació en Madrid, en 1954. Estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Colabora con editoriales e instituciones haciendo ilustraciones y dibujos. También se ha dedicado a otros ámbitos creativos, como la publicidad, los medios de comunicación, el diseño y el humor gráfico.
¿De dónde viene su interés por la ilustración?
Bueno verás, yo no escribo, yo narro en imágenes y si tengo que recordarme, me recuerdo muy pequeña mirando; tengo imágenes y más imágenes de recuerdo y en un momento determinado aquella mano izquierda que tan empecinadamente quisieron anularme, sintió la necesidad de contar sobre el papel. He contado de muchas maneras desde el comienzo, pero no hace mucho la curiosidad de narrar una historia siguiendo a unos personajes como si fuera una cámara que va descubriendo lo que les sucede, sin mediar ninguna palabra, me pareció fascinante. Traduzco en imágenes, soy totalmente visual, signifique lo que signifique eso.
¿Cómo surge la idea de crear a Nano?
Nano es una simbiosis. Surge como un reto, crear un personaje de humor. Sin muchas más pretensiones que unir una idea a un diseño en ese momento, año 1980, enero. Así que tiene los años que le han ido definiendo y conformando hasta ser lo que hoy es, un personaje con vida propia.
¿Qué papel desempeñan Jorge Quiroga y usted en su elaboración?
Jorge es la idea, el guión, su mente es Nano. Yo soy su cuerpo y su expresión, algo de su espíritu y su actitud. Pero como dice Máximo en el prólogo no se puede separar del todo la idea que imagina de la mano que fija. Así que puede que él dibuje algo al pensar y yo piense al dibujar. Estoy segura.
¿Qué se intenta transmitir con las viñetas de este peculiar personaje?
Como he dicho Nano no tiene pretensiones ni mensaje siquiera. A Nano le suceden cosas como a todos e intenta resolver su vida como puede, unas veces mejor y otras más desastrosamente ¡y quién no! Pero es entrañable cómo es y cómo lucha. Nano no se rinde...
¿A partir de qué edad se puede interpretar a Nano y por qué?
¿A qué edad puede un niño interpretar a un adulto? Se lo podíamos preguntar a un niño. Pero a mí me da que ellos interpretan mejor que buena parte de la gente adulta. Nano habla con todo el mundo, al expresarse sin palabras, el alcance de la interpretación depende de cada uno. He visto niños, he visto jóvenes partidos de risa, he visto adultos delante de un muro desconcertados y atónitos.
Máximo hizo la presentación de nano en su libro En el país de Nano, ¿quién es?
Máximo es uno de los mejores humoristas que ha tenido y tiene este pais. Es un enorme honor haberle tenido acompañando con sus palabras a Nano. Máximo San Juan Arranz para quien quiera saber más. Máximo, cuyos dibujos se leían antes que la editorial del periódico El País. Máximo cuya inteligencia y agudeza es una inestimable referencia y no puedo estar más agradecida por las palabras profundas y de calado que le dedicó a Nano en 1987 en la primera publicación.
En comparación con anteriores publicaciones, ¿qué podemos encontrar en la nueva entrega de Nano?
Como dice no sé qué proverbio, nadie se baña dos veces en la misma agua del río. Nano sigue, Nano resiste, y aunque no triunfe en el sentido del éxito y los oropeles, que ni lo busca ni lo pretende, sigue contándonos alguna cosa que tiene que ver con nosotros mismos. Del que fue al que es, está recopilado en esta última publicación. En breve tendrá su espacio en la red. Pero Nano es un personaje lento un tanto ensimismado y aunque entre en el mundo digital su discurrir me parece que siempre irá en paralelo.
¿A dónde quieren llegar con este personaje? ¿Tienen algún proyecto en mente para el futuro?
Pues llegar, así llegar, a ningún sitio. Más bien poder seguir haciéndolo que siga siendo visible a los demás. Que alguien pueda pasar un buen rato. Que alguien se sienta algo mejor al leerlo. Que uno mismo no sucumba en el intento. Porque todo nace y se mantiene del propio impulso. Esto ya son buenos proyectos. La mercadería y la subsistencia no son un proyecto.
¿Qué consejos le daría a los jóvenes que les gusta ilustrar y quisieran labrarse un futuro profesional con ello?
Futuro, no tengo ni idea. Sé, eso sí, que si uno hace algo de verdad porque le gusta o cree en ello o es lo único que hace bien y continúa haciéndolo contra viento y marea (mucho viento y mucha marea...) Y aprende el difícil arte de la paciencia, se consigue algo que merece la pena y es la única forma de aprender. Supongo que hay muchas más fórmulas pero a mí sólo me sirve ésta. Este tipo de éxito no tiene precio.
¿Una última reflexión para los lectores de E-innova?
Todo es una cuestión de compensaciones. Está el tiempo y el espacio. Nuestro tiempo y nuestro espacio mental, cómo juguemos con ello es siempre cosa nuestra.