Ir al contenido

Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Miércoles, 24 de abril de 2024

Inicio | Secciones | ¿Quiénes somos? | Equipo E-Innova | ¡Publica con nosotros! | Revistas culturales

Evaluación y multimedia

En los primeros meses del año 2011, la doctora y profesora del departamento de psicología evolutiva y de la educación de la Universidad Complutense de Madrid, Luz F. Pérez contaba una anécdota que le había ocurrido con un alumno de 10 años de edad. Éste le había confesado un secreto. Todas las mañanas, cuando atravesaba la puerta de su clase, tenía la impresión de haberse montado en la máquina del tiempo y haber aterrizado 50 años atrás. Los pupitres alineados en filas, los encerados con sus tizas, los mapas acartonados, le parecía un panorama muy lejano en el tiempo.

 

Si nos paramos a pensar en la reflexión de este alumno nos daremos cuenta que tiene razón. Las generaciones de estudiantes que ocupan ahora mismo las aulas están  acostumbradas, en su vida diaria, a recibir información mediante herramientas multimedia como pueden ser la televisión, documentales, videos, fotografías, reproductores de música mp3, ordenadores, internet, tuenti, facebook, etc. Habituados a todos estos instrumentos, es lógico pensar en un rechazo a priori de las técnicas caducas que los docentes nos empeñamos en seguir utilizando. Las necesidades de los estudiantes no son las mismas que en el pasado. Los alumnos de ahora son mas visuales y no tan secuenciales como eran sus antecesores pero las estrategias, la metodología y la evaluación siguen siendo perennes: las clases se imparten apoyadas en un libro de texto, haciendo ejercicios en la pizarra y para finalizar un examen.

Por suerte y gracias al trabajo de muchos profesionales de la educación y técnicos informáticos, van apareciendo paulatinamente en las escuelas otras formas de enseñar, otras maneras de transmitir la información y los conocimientos. Cada vez se ven más pizarras digitales en las aulas, más salas con ordenadores, más espacios en internet habilitados para el intercambio de información entre los alumnos y también entre los profesores, en definitiva, más herramientas multimedia con las que poder realizar ese binomio de enseñanza-aprendizaje.

Poco a poco se han ido eliminando esas raíces que nos impedían caminar hacia adelante y dar respuesta a las necesidades que los alumnos nos demandaban. Cada vez son más habituales las herramientas multimedia en el día a día de las escuelas. Cada vez usamos más y mejor todos los instrumentos a nuestro alcance para explicar los contenidos que deben saber nuestros alumnos. Pero en ese camino de transformación hay algo que echo en falta. Las estrategias y la metodología están amoldándose a una nueva concepción de la educación pero la evaluación se está quedando descolgada. A la hora de calificar, de poner una nota a nuestros alumnos, recurrimos siempre al examen final de una hora de duración en el que deben responder a una serie de preguntas plasmadas en un folio.

Llegados a este punto me surge una pregunta, ¿por qué seguimos utilizamos un método de evaluación que ya no es acorde con la metodología aplicada? Si consideramos que la utilización de las herramientas multimedia son buenas a la hora de enseñar, ¿Por qué las desechamos a la hora de evaluar? ¿Consideramos que no son lo bastante fiables como para valorar los conocimientos de los alumnos? Es algo incoherente, enseñamos de una manera pero evaluamos de otra distinta.

Es necesario evaluar acorde con lo que se enseña. A nadie se le ocurre pensar que en un examen de la materia de lengua castellana y literatura haya un ejercicio de química orgánica. Llevado al extremo podríamos compararlo con la manera de enseñar y la manera de evaluar. Si enseño mediante pizarras digitales, juegos en internet, videos, grabaciones, fotografías, etc., ¿por qué no voy a evaluar con esas herramientas?

En los exámenes convencionales, se reparte una hoja a cada alumno, se le indica que tiene que estar en silencio y después de una hora tiene que entregar el examen. Las únicas herramientas que se utilizan son el papel y el bolígrafo. Lo ideal sería poder incorporar también las herramientas multimedia en ese proceso de evaluación.

Por ejemplo, uno de los apartados de la materia de lengua en 5º de primaria es la identificación y el significado del emisor, receptor, código, mensaje y canal. Para comprobar que los alumnos han adquirido los conocimientos básicos en este apartado se puede evaluar de la siguiente manera:

  • Primero: ven un video en el que aparecen dos personas hablando.
  • Segundo: contestan en la hoja de examen a las preguntas:
  •  
    • ¿Quién es el emisor? ¿Quién es el receptor? ¿Qué código manejan? ¿Cuál es el mensaje? ¿Qué canal utilizan?
    • Explica con tus palabras qué es el emisor, receptor, código, mensaje y canal.

En conclusión final, creo que la utilización de los recursos multimedia ya es el presente y será el futuro de la enseñanza. La metodología y las estrategias de aprendizaje irán muy ligadas al buen uso de estos instrumentos digitales por lo que no nos podemos permitir el lujo de desecharlas en el momento de la evaluación. No pueden convertirse en un descarte por sistema sino que deben ser una herramienta mas a tener en cuenta.

Bookmark and Share


Logotipo de la UCM, pulse para acceder a la página principal

Copyright © 2017 E-Innova

ISSN: 2172-9204